Gokú lo contempló en silencio...
« Yo también llegué a odiarte Vegeta... pero ahora... ¡me aterra la posibilidad de perderte!...» pensó Gokú mientras lo observaba dormir.
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Y es que... ¡simplemente no podía dejar de contemplarlo!...
¡¿Cómo fué que ese... soberbio, terco, obstinado, insolente, altanero y gruñón príncipe sayayin se hubiera colado en su corazón de la manera en que lo había hecho?!
¡Estaba perdidamente enamorado de él!... no... era mucho más que eso... ¡Lo amaba profundamente!
Soltó un débil suspiro... y no pudo evitar pensar en esa plática que había tenido con él hacía tan sólo unos días...
"Lo que debió ser..."
¡Sintió un escalofrío al recordar las palabras de Vegeta!...
¿Y... si existía otra línea del tiempo?...o mejor dicho... ¡¿si se hubiera creado otra debido a su deseo?!...
¿Qué pasaría en ella?... ¿Vegeta atentaría contra su vida?... ¿lograría su propósito?
«¡Si algo así hubiera ocurrido...» pensó Gokú «¡estoy seguro de que me volvería loco!»
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En otra realidad...
¡Me estoy volviendo loco!...
Cada vez que cierro los ojos para dormir la historia se repite...
-¡SUELTAME KAKAROTO! ¡NO ME TOQUES!
-¡NO VEGETA! ¡NO DEJARÉ QUE HAGAS ESTO!
-¡PREFIERO MORIR A VIVIR CON VERGÜENZA!... ¡SUÉLTAME!
-¡NO LO HARÉ!...
-¡ENTONCES.... TE IRÁS CONMIGO!...
Después... ¡todo fué confusión!... el cuerpo de Vegeta vibrando en mis brazos... esa sensación asfixiante... un gran resplandor... y luego... ¡NADA!
No sé cuánto tiempo tardé en despertar, pero... cuando lo hice, me encontré con los furiosos ojos de Píccolo...
-¡Se ha ido!... ¡ha muerto!... ¡Y TODO ES TU CULPA!
