¡Ráditz estaba intrigado!...
¿Qué era lo que tenía tan perturbado a su hermano?... Sin oponer resistencia se dejó guiar al exterior de la casa para luego internarse un poco dentro de la arboleda.
Ahí, Gokú por fin lo soltó y tomó asiento sobre una roca.
-¡No sé que voy a hacer!...- lloriqueó - ¡hoy casi lo pierdo!...¡¡me descuidé por unos malditos segundos y casi lo matan!!.. ¡¿por qué soy tan tarado?!...
-¡¿De qué rayos estás hablando?!..- preguntó Ráditz alarmado, ¡al parecer las cosas si eran graves!...- ¡A ver... respira hondo, cálmate y cuéntamelo todo...- le pidió a su hermano.
Gokú respiró profundamente un par de veces intentando calmarse.
- ¡Bien... por el principio... - le susurró Ráditz.
- Hoy fuimos a llevarle el plano al doctor Briefs, todo salió bien ahí... - comenzó Gokú ya más tranquilo - después decidimos ir por unos helados al parque y entonces...
**********
¡Ráditz no daba crédito!... ¡ahora entendía perfectamente a Kakaroto... ¡por todos los dioses!... ¡hasta él se hubiese puesto histérico!
- ¡Si yo hubiese puesto más atención... o si no hubiese aparecido ahí... o si... - balbuceaba Gokú.
-¡¡BASTA!!... ¡no fué tu culpa!...- le gritó Ráditz haciendo que Gokú diera un bote por el sobresalto.
Ráditz dejó escapar un suspiro y se sentó a su lado.
- Estas cosas suceden a veces Kakaroto, se llaman accidentes, y estoy seguro de que entiendes el concepto... son muy comunes... y a todos nos pasan de vez en cuando...
¡No fué tu culpa!... y tampoco la de él... simplemente sucedió.
Gokú se quedó en silencio, con la mirada fija en el suelo, meditando las palabras de Ráditz.
¡¡Toda la maldita tarde se había sentido tan mal!!...
"Un accidente... a todos nos pasan... no fué tu culpa..."
Suspiró sintiendo que se quitaba un gran peso de encima.
- Gracias por escucharme...- murmuró muy bajito.
Ráditz le sonrió, después suspiró y contempló la luna que ya era visible en ese momento.
-¿Por qué no me afecta la luna de este planeta?...- le preguntó de pronto a Gokú.