El Agua cae a la temperatura perfecta sobre mi cuerpo; no sudé por el yoga, pero me gusta hacer como que sí. El baño es relajante y una excusa para ello siempre es buena.
La regadera tiene la presión perfecta mientras el agua golpea mi rostro. Aquel prístino líquido se escurre por mi cuerpo con suavidad y yo me siento algo excitada.
El baño termina, me seco el cabello y el cuerpo, no puedo evitar verme en el espejo... ¿Mi trasero creció? Yo lo veo más grande.
¿Qué hay de mí busto?
Mis mejillas definitivamente se ven algo más infladas, me hace lucir infantil...
Maldita Rose.
Modelo un poco frente al espejo, al menos no se me ven llantitas... ¿Y por qué siquiera me preocupo por eso?
¿Será cuestión de vanidad?
Suspiro...
Supongo que soy completamente una chica desde hace un tiempo, aunque sinceramente esto no es tan malo como la menstruación. Aún así, unos pocos kilos de más no deberían preocuparme, puedo bajarlos rápido, ¿no?
Tras observarme unos minutos, tomo una fina bata de seda color morado y salgo a mi habitación, donde dos chicas ya me esperan sobre la cama, ambas usando un escandaloso conjunto de ropa interior. Tienen piernas largas y buenos atributos.
Tal como pedí...
—Señorita Rika, bienvenida a su lecho.
Ambas me toman las manos y me llevan a la cama, donde empiezan a besarme, a acariciarme sobre la bata.
—¿Cómo estuvo su baño?
Repasan mi cuello, mis labios y colocan mis manos sobre sus cuerpos. Una de ellas mete la mano dentro de mí bata y comienza a consentir uno de mis senos mientras la otra la desamarra.
Mi cuerpo queda descubierto y los dedos de una bajan a mi entrepierna, erotizandola con suavidad.
—Parece que está lista, ¿acaso comenzó sin nosotras mientras se bañaba? —pregunta la chica lamiendo sus dedos.
—No realmente —es solo el maldito estado de lujuria permanente en mí. Puedo estar bien y ser funcional, pero como siempre, unas pocas caricias bastan para hacer que me moje.
Siento sus dedos entrar y suelto un gemido. La otra chica pellizca uno de mis pezones con suavidad, siguiendo el ritmo de las ligeras contracciones que me provoca su amiga.
Ambas son muy experimentadas, hacen un excelente trabajo, pero me siento incomoda, esto parece también un duro golpe a mi orgullo, a mi vanidad.
—Esperen —las detengo—. Cambié de opinión, pueden irse.
—Pero, señorita...
—Ya les pagué, solo vistanse.
—¿Podemos tomar un baño por si cambia de opinión? —prostitutas comprometidas, ¿Quién lo diría?
—Adelante.
Pagar por sexo... ¿Realmente tengo la necesidad? Aún si son prostitutas de clase alta, no me parece muy apropiado para mi.
Decidí hacer cosas que me causaran placer, pero esto...
[Bueno, en realidad no necesitas pagar por sexo] un mensaje de Rose [Con tu apariencia y labia, puedes llevarte a quien quieras a la cama, sea chico o chica].
[No me apetece], respondo mientras las dos chicas entran al baño. [Me agrada un poco ser perseguida, me gusta que me rueguen, no me apetece ser yo quien salga por allí a buscar sexo casual]
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Emisaria De La Diosa Del Mal 2
FantasyContinuación desde el episodio 74 de la historia original.