Familia

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Autor.

Trato de armar un stock, pero me es imposible TT_TT.  En fin, la vida sigue :v

A trabajar más duro!

Sean agradecidos!

maker-00 les patrocina este capítulo!

Denle muchos besos de lengua para confortarlo.

Y acaricienle la entrepierna.

¿Dónde estoy?

Esta no es mi cama, tampoco mi...

¡Mierda!

Me levanto alterada en el sillón y Erika me observa mientras acomoda un caso en la mesita de centro.

—Mini, despertaste.

—¡Nada de despertaste! —me percato del abrigo que me cubría hasta los hombros a modo de cobija—. ¡¿Qué pasó?!

—Te quedaste dormida, debiste pasar por mucho estrés hasta ahora, porque en cuanto te relajaste, "Puf" —apunta el pulgar hacia abajo, moviendo la mano con rapidez—. Tuve que cargarte desde el parque porque Billy se lastimó la espalda.

—¡¿Qué?! —de verdad no entiendo cómo pudo pasar esto—. ¡No puede ser! ¡no puede ser! ¡¿cómo fui a actuar tan vulnerable! ¡¡¡eso no está bien!!!

—Tranquila, Mini —mete una cuchara al caso y tras sacar una bolita dorada, camina hacia mí—. A veces está bien ser vulnerable.

—¡No para...! —soy interrumpida cuando, aprovechando mis gritos, mete la bolita a mi boca.

¿Es dulce? ¿ácido?

Mastico sin otra opción.

—Incluso para ti, Mini; tratar de siempre ser tan fuerte, cansa. A veces sólo necesitamos un abrazo y una buena siesta.

—No yo, ¿sabes? ni si quiera necesito dormir.

—Si siempre despiertas tan alterada, entiendo porqué no quieres hacerlo —toma una bolita y me ofrece otra,esperando a que la tome para hablar; siento que no me toma en serio—. Como sea, por mucha energía que tengas, tu mente no es la de un personaje de videojuegos; también se fatiga y se estresa.

—Y no puedo creer que en cima me taparan con un abrigo...

—Billy insistió, yo quería tirarte al lago.

La observo con los ojos entrecerrados y se ríe.

—Es broma, linda, nadie te juzgará por esto y prometo guardarlo en secreto, así que ven a comer.

Gruño y acerca otra bolita.

La tomo mientras hablo.

—Esto nunca me había pasado.

—Bueno, todos merecen que en algún momento de su vida, los carguen a la cama; tal vez no te pasó cuando eras niña, pero feliz primera vez, ¿cómo se siente?

—No sé —respondo reflexiva. A estas alturas creí que ya no podría vivir emociones nuevas, pero esto... todo ha sido un terreno desconocido desde que me convertí en Minika.

—Parecías disfrutar mucho estar entre mis brazos; la gente incluso volteaba a ver con ternura. Hasta me dieron ganas de tener hijos ya... ¿puedo adoptarte?

—¡No! —respondo ofendida—. No soy una niña.

—Pero podrías serlo, sólo tienes que seguir actuando así de tierna —Erika pellizca mis mejillas y la aparto, pero el dolor y el calor siguen allí—. No parecía disgustarte.

Emisaria De La Diosa Del Mal 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora