Soledad

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Autor.

¡Este capítulo es traído a ustedes por... como si no supoeran, maker-00, eres grande! Ya ayudenlo jajaja, necesitamos ayuda y comida.

Voy volando.

Asqueada, agotada y de no ser por la velocidad a la que salí del agua, llena de porquería, pero al final, regreso volando sobre un águila corrupta hacia la ciudad, usando un bikini azul bastante bien amarrado y mi pareo púrpura.

Pese a lo rápido que yo nadaba, mi velocidad actual no es nada en comparación, me hace preguntarme ¿por qué no llegué volando en primer lugar? muy seguramente porque mi forma sirena tiene tiempo de enfriamiento y tras desactivarla, tengo que esperar.

Sea como fuera, cumplí mi objetivo, aunque más que satisfecha, me siento sucia y de verdad me urge un baño.

Llego deprisa al puerto, donde Zoe, Eris y las niñas me esperan.

—Rika, eso fue rápido —menciona Zoe ayudándome a bajar de mi montura.

Las niñas corren a abrazarme.

—Sí, cuando dijiste que harías un pequeño viaje improvisado, supusimos que tardarías un par de días.

—Acabo de volver, no tienen tanta suerte —respondo a la demonio.

—¿Y por qué estás vestida? —la pregunta de Zoe es bastante razonable—. Te fuiste sin ropa.

—Creí que era apropiado.

—Que raro, nunca te molestó estar desnuda.

—Prefiero no hablar de eso —respondo asqueada y por mis movimientos al abrazar a las niñas, noto una pequeña molestia, saco de mi sostén un pedazo de tentáculo y lo arrojo al agua—. Ugh, necesito un baño... y alejarme del mar por lo que resta del día.

—Aún es temprano —expresa Zoe.

—Y yo dije que necesito un descanso. Iré a la mansión, ustedes hagan lo que quieran.

Subo de nuevo al águila, las niñas montan conmigo y emprendo el vuelo, Eris extiende sus alas y viaja a mi lado, así que le envío un mensaje, pues el viento no deja oír muy bien.

[¿Vendrás conmigo?]

[También necesito un descanso, no me gustan los lugares húmedos, y supongo que quieres un rato tranquilo en el baño, así que jugaré con las niñas]

[Mentiré si digo que no me gusta tu idea]

Aterrizamos en el jardín de la mansión y tras ayudar a las niñas a bajar, dejo que el águila desaparezca, sacudo mi cabello y una pequeña babosa cae de él.

Siento escalofríos.

—Bien niñas, iré a tomar un baño, mientras tanto, pueden quedarse a jugar con la tía Eris —la demonio baja del cielo y aterriza junto a mí.

Las niñas asienten, pero una marca en el brazo de Gz llama mi atención.

—¿Qué te pasó allí? —son marcas de mordidas.

—No es nada —parece nerviosa y Cc aparta la mirada.

Suspiro y me voy con la más pequeña.

—Cc, sé que a veces no estoy con ustedes, pero siempre, siempre, se tienen la una a la otra, ¿Crees que Gz querrá estar contigo si la muerdes así?

—Perdón... —está arrepentida.

—Es tu hermana, y sé que siempre te querrá, al igual que yo, pero no por eso está bien que le hagas daño.

Emisaria De La Diosa Del Mal 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora