Ya que la, al parecer Profeta iluminada, estaba de rodillas rezandole a Rose, decidí guardar silencio y esperar mientras hablaba con la propia Diosa.
[Entonces ¿ella está un rango por debajo de mi?]
[Mensaje: Así es ¿Recuerdas que el emperador prohibió los enfrentamientos religiosos para que los seguidores de Rose dejaran de ser perseguidos y pudieran recuperarse?]
[Ajá]
[Fue porque ella se casó con él. El anillo que usaba la identifica como Profeta iluminada e impide que otros puedan percibir su poder]
[Esto está muy raro, pero creo que entiendo. Básicamente, ella es la razón de que yo pudiera ser reencarnada en este mundo]
[Correcto, de no ser por la fuerte presión del emperador sobre los que cazaban a mis seguidores, no habría podido esperar tanto]
La Reina terminó sus rezos y me acerqué a ella.
—Entonces ¿te casaste con el emperador para impedir que siguieran llenado tras los nuestros?
—Básicamente; tenía quince años en ese entonces y no había lugar seguro para nosotros, fue entonces cuando el hijo del emperador, encaprichado con mi apariencia, me ofreció una salida bastante tentadora.
Si yo me casaba con él, los ataques hacia nosotros se acabarían, y ya que no teníamos ningún respaldo y pese a que las enseñanzas de Rose dicen lo contrario, sacrifiqué mi felicidad para que todos pudieran salvarse —
—Eso fue bastante noble.
—Al ver en que se ha convertido nuestro templo principal, hoy más que nunca estoy segura de que tomé la decisión correcta —sus ojos estaban iluminados y algunas lágrimas se asomaban de ellos mientras presentaba una sonrisa de emoción y alivio. Luego me abrazó—. Gracias, gracias por no dejar que mi sacrificio fuera en vano, Eminencia.
—No tienes nada que agradecer, esto también fue por mí —la separé—. Pero déjame preguntar ¿por qué ocultas tu marca tras los guantes?
—No se vería bien si se descubre que una de las esposas del emperador es seguidora de la Diosa del Mal —respondió amargamente—. Tuve que hacer muchos sacrificios para que esto funcionara.
—¿Y cómo es que obtuviste el título de Profeta iluminada a tus quince años?
—Muchos de nuestros líderes habían sido decapitados o quemados y no había muchos que quisieran tomar el mando; además, cuando fui a mi templo a rezarle a Rose y pedir disculpas por lo que haría, el anillo de Profeta iluminado apareció.
—Entiendo, pero sigo teniendo mayor rango que tú ¿correcto? —pregunté para probar mi autoridad.
—Correcto, al menos dentro del templo —respondió calmada.
—¿Si te ordenara que te desnudes para expiar tu pecado sobre cubrir la marca de Rose?
—Si eso me concede el perdón, lo haré sin dudarlo, pero tú también tendrías que obedecer mis órdenes estando afuera.
—¿Qué te parece si ninguna ordena a la otra? —pregunté complacida.
—Me parece perfecto.
Ambas reímos y estrechamos las manos.
—Te llevaré a recorrer el lugar, pero primero, ponte algo cómodo, se bien que una seguidora de Rose no se sentiría a gusto vistiendo algo así de puro.
—Con tú permiso entonces —la reina se quitó el velo que cubría su nuca y desabrochó su vestido de atrás, dejándolo caer al piso.
Su ropa interior tenía estilo; se trataba de una tanga azul con un hueco justo sobre su monte de venus, un liguero en el mismo color y un corsé que sólo tenía dos cintas diagonales en los pechos para cubrir los pezones.
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Emisaria De La Diosa Del Mal 2
FantasyContinuación desde el episodio 74 de la historia original.