Emisaria De La Diosa Del Mal 2

Rikazilla

-Maldición, debí dejarle algo de ropa -tras ver a Jazmín siendo arrestada, logré darme cuenta de mi error. Miré a la chica a mi lado y al entender mis intenciones, ella negó.

-No te ayudaré a rescatarla.

En realidad, podría encontrarla gracias a la party, pero no sabía bien cómo funcionaba este mundo, de modo que requería algo de asistencia.

-No quiero que me ayudes, sólo llévame al lugar y yo haré el resto.

-¿Por qué lo haría? El trato era llevarte a conocer la ciudad.

-¿Tu hermana se llamaba Erika y tiene muy mala suerte?

-¿Qué? -mi pregunta la dejó perpleja.

Le estuve dando muchas vueltas a todo desde que conocí a la chica, repasando su actitud y la historia que Erika me había contado sobre este mundo. Su cuerpo había sido reconstruido al reencarnar, pero seguía teniendo un leve parecido con la chica que me acompañaba, y entendiendo que pese a ser increíble mente molesta, Rose no me dejaba caer en un lugar sin una razón, decidí soltar la bomba.

-No... No se de que...

"Ajá"

-Una chica muy noble y correcta, pero quejumbrosa, algo torpe y con una suerte de mil demonios.

-¿Cómo conociste a mi hermana? -preguntó alterada; ya no podía ocultarlo.

-Te contaré... Si me llevas a dónde quiero.

-Maldita perra astuta.

-Je, eso me describe muy bien ¿Tenemos un trato?

-Será el último trato que haré contigo.

Resoplé con diversión y la insté a seguir.

-Ponte esto, no queremos que los centinelas reconozcan tu rostro.

Tomé la máscara que me dio luego de quitarse y la seguí.

[Dispositivo externo detectado. Máscara multifuncional de infiltración ¿Conectar?]

[Si]

[Advertencia. Objeto no autorizado por el sistema de mundo. Si es descubierta, podría recibir una penalizacion]

-Esa cosa crea una imagen falsa de tu rostro para evitar ser reconocida por cualquier medio electrónico -explicó.

-Tu... Eres una chica muy rebelde ¿No es así?

Me ignoró y siguió su camino.

Era la clase de chica que me gusta molestar.

Esta vez pude dedicarme a observar la ciudad más tranquilamente.

Era maravillosa; las personas no vestían muy diferente al mundo de mi época, salvo por los peinados de colores y los accesorios brillantes. Ya sea pulseras, collares, anillos o adornos para sus prendas, la mayoría emitían una preciosa luz mate y eran sobre todo, llevados por los jóvenes.

Algunas personas al igual que mi nueva compañera, también llevaban artilugios extravagantes en la cabeza, ya sean cuernos, aletas craneales, orejas o alguna flor, los cuales, al parecer mejoraban su conexión y ofrecían algunas ventajas con respecto a la interfaz del mundo.

Los autos casi no pasaban por el suelo, asi que las calles y avenidas eran regularmente invadidas por transeúntes despreocupados sin embargo, lo que llamó mi atención eran las motos que levitaban a unos 30 cm del suelo mientras iban a toda velocidad sobre carriles exclusivos.

-Este mundo es hermoso -mencioné descuidadamente.

-Si, claro, muy hermo... ¿Estás llorando? -el sarcasmo de la chica fue interrumpido por una tonta pregunta.