Emisaria De La Diosa Del Mal 2

Sirena

Autor.

Y...

¡Primee capitulo del año!

Cortesía de maker-00

¡Agradezcan y postrense antes este alto mando de la iglesia de Rose!

Disfruten.

Sombreros grandes y ostentosos regados en el suelo, todo tipo de vestidos esparcidos por allí, incluso la ropa interior.

Las niñas usando mis vestidos menos reveladores, parecen felices mientras sirven el té.

—¿Quiere más té, señorita Nesi? —pregunta GZ, vistiendo casi como una mujer elegante de los años ochentas, incluso usa guantes y un sombrero con una larga pluma que no tengo idea de donde sacó.

—Por supuesto, Señora Maria Antonieta —respondo acercando mi taza, sujetandola de forma muy ceremoniosa entre mi pulgar y meñique. Hemos jugado mucho desde que regresamos a la bahía.

—Yo quiero galletas con mi té, si no es mucha molestia —CC actúa tan educada; si tan sólo se comportara la mitad de bien en la vida real.

—Con gusto —responde a su hermanita y sigue conmigo—. ¿Y cómo está su prometido, señorita Nesi? ¿Para cuando es la boda? —sigue la mayor mientras sirve el té.

Curvo los ojos.

—Es un reverendo pelele, no sabe lo que una chica quiere y voy a rechazar el matrimonio.

GZ y CC fruncen el ceño.

—Así no, mamá, se supone que estás muy feliz con tu próximo matrimonio.

—Pero no quiero casarme —respondo inflando las mejillas.

—Hazlo por el juego —insisten dando pequeños brinquitos en sus sillas.

Suspiro, como si no fuera ya suficiente vestir de esta manera ya rara, encima en el jardín.

—Bien... —sacudo la cabeza y adopto mi voz más sobreactuada—. Es un gran hombre, lleno de interés hacia mí y muy trabajador, estoy ansiosa por que llegue el día de la boda.

Ambas saltan otra vez, ahora con emoción y yo me quiero dar un tiro.

No puedo creer esto. Soy la maldita Emisaria de la Diosa del Mal, aniquiladora de ejércitos, destructora de ciudades, viajera interdimensional y estoy rebajada a ser "la adorable señora Nesi", en el juego de estas niñas.

—Me alegra escuchar eso, le deseo de todo corazón una gran boda.

Y lo peor es...

—Muchas gracias, señora gracia, si mi marido es la mitad de bueno que el suyo, entonces no tengo porqué preocuparme.

... ¡Que me gusta!

Ay, por Rose...

¿Qué tan bajo he caído?

Escucho un sonido de impresión detrás de mí y giro.

Eris y Shira están observando...

Joder...

¿Cuánto llevan allí?

Ambas brincan con sorpresa cuando las miro, incluso su respiración parece detenerse y Eris es la primera en hablar.

—Shira, vinimos a buscar a Rika, pero parece que no está —se escucha incluso más sobre actuada que yo.

—Sí, es como si de pronto se hubiera vuelto invisible, ¿le preguntamos a sus niñas? —¿qué nadie sabe actuar aquí?