—Fue fabuloso ¿Dónde aprendiste eso?
Me tomó soló diez minutos coger con la chica hasta agotarla. El dueño de la casa me costó un brazo, así que yo me acosté con su hija.
Simple venganza.
—Por allí.
—Mis juguetes son buenos —señaló a las personas a su alrededor—. Pero pensé que no había nada más allá de ser penetrada o acariciada de forma convencional.
—Créeme, lo que conoces es solo la punta del iceberg —expresé acariciando las nalgas de la chica mientras ella se recostaba sobre mis pechos; pero al parecer la emocioné un poco.
—¡¿Hay más?! —se levantó de golpe y me veía con emoción—. Incluso las drogas Sexuales o estimulaciones cerebrales no se sienten así.
—Es porque en este mundo todo te lo dan en pequeñas dosis —me levanté también y me coloqué mi traje cibernetico por medio del inventario-. Pero es momento de irme.
—Alto, enséñame más.
—Lo siento, tengo prisa —sonreí con malicia.
—Es una orden.
—¿Crees que sigo ordenes? —levanté la ceja y pellizqué uno de sus pezones color salmón—. Lo siento princesa, yo no funciono así... Aunque...
—¿Qué?
—Si me llevas al cuarto de transmisión, tal vez pueda enseñarte más cosas.
—Lo haré —expresó mientras se colocaba una bata blanca y delgada a través de la cual sus pechos aún se veían.
Estos niños ricos que fueron enseñados a ser hedonistas eran tan fáciles. De alguna manera, se regían por un hedonismo tonto e inútil, a diferencia de mi, que era hedonista pero fabulosa.
—¡Allí está! ¡Atrapenla! —guardias humanos armados llegaron al pasillo cuando salimos.
Me preparé para pelear, pero...
—¡¿Qué hacen con mi invitada?!
—Señorita, nosotros...
—Larguense de aquí.
—Pero...
—Pero nada, no me contradigan.
A regañadientes, los guardias se fueron mientras yo me reía por la ingenuidad de esta chica adicta al placer.
Era toda una princesa, así que tuve la idea de arruinar su orgullo y volverla una pequeña perra masoquista.
Sería divertido.
Pronto llegamos a un lugar cerca del sótano de la mansión. Resultó que estuve llendo por el camino equivocado y ya que Rose no podía asomarse, no tenía forma de guiarme.
Las puertas al lado del sótano se abrieron y revelaron un cuarto negro con cámaras, computadoras y micrófonos.
—La casa sufrió un PEM ¿Por qué las puertas automáticas funcionan?
—Muchos de los sistemas están protegidos contra PEM. Incluso puedes enviar señales desde la cabina, pero se quedarán en cola y se enviarán a toda la ciudad una vez que el sistema principal se reinicie.
—Entiendo, entonces...
—Enseñame como prometiste.
—Ahora no, estoy ocupada.
—Lo prometiste.
—Bien —suspiré ante su impaciencia.
Tomé un cable y lo enredé en su cuello.

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Emisaria De La Diosa Del Mal 2
FantasiContinuación desde el episodio 74 de la historia original.