Reunión De Líderes

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Fuego...

Sangre, tripas, miembros mutilados.

Mis nudillos adoloridos, mi respiración jadeante, mi St tan gastado como mi ropa y una sonrisa visible en mi agitado rostro.

Cadaveres de monstruos y zombies adornaban el suelo a mi alrededor.

—Rika, creo que ya es suficiente —se acercó Jazmín algo preocupada.

Miré la masacre frente a mí. Mis niveles subieron un poco al igual que mis habilidades.

[Resistencia al dolor: Lvl UP]

[Masoquismo: Lvl Up]

[Combatiente de cuerpo]

[Machaca monstruos]

Mis habilidades físicas también se fortalecieron y mis habilidades de combate crecieron además de adquirir otras. No era para menos; llevaba toda la tarde matando monstruos usando sólo mis manos y pies, completando los piso cinco y seis.

Recorrer un laberinto es más sencillo cuando tú lo construiste.

Mi ropa no era nada especial, así que para este punto, se encontraba razgada, deshecha y rota al punto en que casi no cumplía su función salvo por algunos trozos de tela que se negaban a abandonar su lugar.

Mi cabello dorado se había teñido de rojo y en mi rostro la sangre seca relucía combinandose con la fresca; a no ser que fuera verde, no podría diferenciarla con la mía.

En definitiva, crear esta mazmorra fue buena idea. Pude realizar una masacre apropiada y volvía a sentirme en equilibrio.

Di una última y profunda respiración y me dirigí a Jazmín.

—Tienes razón, es suficiente.

Ella parecía aliviada.

—Vamos a darte un baño antes de dormir.

—¿Ya es de noche?

—Ya es pasada la media noche —asintió—. Tienes una reunión en unas horas.

Sonreí y nos retiramos. No regresamos a la torre, si no al baño del templo, donde Jazmín retiró cuidadosamente los trozos de tela que me rodeaban. El anterior vestido a lo Little Red Riding Hood ya no era reconocible. Podría haberlo retirado con mi inventario, pero tener a Jazmín poniendo tanto esmero en desnudarme, se sentía agradable.

Aún sin entrar al agua, el vapor caliente del lugar se encargaba de disolver y ablandar la sangre sobre mi piel y la suave esponja con la que la chica comenzó a repasar mi cuerpo ayudaba otro tanto.

Cerré los ojos, relajandome sentada sobre una pequeña silla de baño mientras Jazmín procuraba limpiar todos los pliegues de mi piel. Quizá esta vulnerabilidad no era tan mala, o por lo menos así parecía ahora que mi mente se había aclarado.

Ya una vez limpia, me relajé dentro de la gran fuente de agua caliente, sentada en las piernas de Jazmín con mi espalda recargada en su pecho mientras ella me abrazaba. En definitiva, ahora no se sentía tan mal; incluso podría quedarme dormida.

Por debajo del agua, sentí una de las manos de Jazmín en mi pecho mientras la otra viajaba hacia mi entrepierna; supongo que tenerme desnuda y sobre ella era algo que nadie podía soportar.

Juguetona, abrí mis piernas un poco, y en cuanto sentí la mano de la chica, las cerré, atrapandola entre mis muslos.

—¿Rika? —Jazmín parecía confundida.

—Aún no te perdono por tratarme tan bruscamente la última vez.

Su cuerpo tembló un poco.

Emisaria De La Diosa Del Mal 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora