Monopolio

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—Si aceptaron una audiencia, es porque vieron mi video y les gustó, así que ¿me permiten ir al grano?

Estaba frente a gente medianamente poderosa de una gran compañía multinacional, pero no por eso iba a cambiar mi actitud.

—Antes que nada, nos gustaría ver el producto en persona.

—Lo supuse —malditos perros desconfiados.

Tomé de mi bolso, a juego con mi vestido de lolita, un pequeño frasco con cinco esferas y lo deslicé sobre la mesa. Los sujetos estaban desconcertados por mi apariencia y mi actitud, pero no iba a lamerles las botas.

Uno de ellos, el que parecía tener más poder, abrió el frasco y sacó una de las esferas frágiles en apariencia.

—Si este producto de verdad funciona ¿consideraría venderlo?

—Por supuesto que no. Estoy aquí por patrocinio.

Las personas guardaron silencio ¿fui demasiado franca? Prácticamente les estaba diciendo "Estoy aquí por su dinero", pero ¿no era para eso que la gente les presentaba sus inventos?

Un sujeto entró con una jarra de cristal llena de agua estancada y la colocó sobre la mesa ante el desagrado de todos allí.

La esfera fue arrojada y el agua estancada comenzó a hervir y sacudirse. Se volvió tan cristalina como la jarra en menos de dos minutos.

Verlo en el video que casualmente reproduje en la televisión de uno de ellos con ayuda del celular de Rose y hacerlo en persona, era totalmente distinto. La impresión, la codicia y el interés se fijaba en los rostros de todos en la sala.

Para comprobar mejor mi punto, tomé un vaso de un anaquel a un lado y me serví antes de beber.

—Como sabrán, este producto puede purificar hasta diez litros de agua por esfera. Pero cómo les dije, no es mi intención vender los derechos; quiero patrocinio y sociedad.

—¿Está consciente de que las naciones unidas forzarían un invento como éste para ser llevado al público? Estamos hablando del fin de la escasez del agua y si no tiene la capacidad ni el capital para su distribución, le serán retirados muchos de los derechos.

Las esferas que tomé del mundo del futuro eran valiosas, cada una más valiosa incluso que los diez litros de agua que purificaba.

—Y por eso será un negocio bastante redituable. Quiero poder llevarlo al mercado y exportarlo antes de que alguna organización externa considere intervenir.

Hablaba por supuesto del recurso más importante sobre la tierra y mi plan por supuesto, consistía en monopolizar el agua limpia para la Diosa del Mal.

Este si parecía un plan digno de su título.

—Por eso sería mejor vender los derechos del producto. Estamos hablando de entregarle al menos un billón de dólares.

—¿Y cuantos de esos billones produciría mi producto en cinco años?

—Según su información, usted está sola. No tiene familia o algo parecido ¿considera que un billón es muy poco para una persona sola?

—Bueno... Me gusta mucho salir de compras —me encogí de hombros con una pequeña broma que enmudeció a todos.

Como siempre, mis respuestas sacaban de balance a todo aquel que quisiera negociar. Por eso me amo tanto, soy fabulosa.

—¿Cuál es su precio?

—Quiero patrocinio. Llamemoslo un préstamo; quiero que me presten un terreno, las líneas de producción y los materiales para generar mi producto en masa. Yo pagaré y comerciaré mis productos con ustedes y sus afiliados.

Emisaria De La Diosa Del Mal 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora