Emisaria De La Diosa Del Mal 2

Emisario Del Mal

—Vaya, hiciste un gran desastre allá abajo —Rose se encuentra frente a mí, por la forma en que se muerde los labios, puedo asumir que está algo excitada—. Creo que nunca habías hecho un cambio tan grande así de rápido.

Aún si la gente decidiera no creer en mí, el mundo no volverá a ser igual —.

Suspiro, levanto mi falda y bajo mis medias.

—Como sea, solo terminemos con esto y mándame de vuelta al otro mundo.

Rose frunce el ceño con curiosidad.

—¿Qué haces? solo quiero hablar.

—Ay, claro que no, ya me sé la rutina, esperas a que baje la guardia y de pronto, me metes algo en el culo.

—Hablas como si te molestara tener cosas allí.

—¡Claro que me molesta!

—¿Tienes puesta la joya?

—... ¡Cállate, es costumbre!

Rose se ríe y frente a mí aparecen un sofá y una mesa de centro con té y galletas de a montón.

—Vamos, siéntate, de verdad solo quiero hablar.

Desconfiada, tomo asiento, no es como que pudiera salir de aquí por propia voluntad o resistirme a ella en este sitio. Ella es omnipotente en este espacio y francamente, no tengo ganas de luchar la misma pelea perdida de siempre.

Rose sirve el té mientras yo tomo algunas galletas.

—¿Cómo te sientes?

—Algo extraña —no me acostumbro a estar así con ella.

—Me refiero a tu actuar en aquel mundo —sin embargo, conserva la calma.

—¿Qué te puedo decir? hice lo que tenía que hacer para esparcir tu influencia.

—Pero eso no fue por mí, ¿no es cierto?

—¿A qué te refieres? —tomo otra galleta y la muerdo desconfiada.

—Tu propósito al ir a ese mundo no era esparcir mi influencia, eso fue secundario, tú querías aprender sobre el sacrificio.

—Y lo hice.

—Sentirte bien contigo misma.

—Y... casi lo logro.

—Preciosa Rika, ¿qué sucedió?

—Como si no lo supieras, me estuviste observando.

—Quiero que tú lo digas.

—¿Por qué?

—Mira —ella dirige mi vista al frente y aparece una ventana hacia el mundo de los héroes, donde Phantom y Sexy discuten.

—¿Por qué eres tan terca, cielos?

—¡Porque esa bruja mató a mi marido! ¡¿cómo puedes estar con ella?! ¡sabía que eras una criminal, pero esto es demasiado bajo hasta para ti! —Phantom aún con los ojos vendados, trata de hacerle frente a la gótica.

—Criminal, criminal, ¿sabes qué tan harta estoy de esa palabra? sé que hice algunas cosas cuestionables, pero llevo años en los que no me dejan olvidar nada.

Siempre que me veían, se aseguraban de que lo recordara, ¿sabes lo horrible que es? —.

—Entonces no debiste haberte portado como una criminal.

—¡Salvaba a la gente! —Catherine grita—. Y salvaba a más que ustedes.

—¿Matando?

—Mataba a una persona para salvar dos, tres, diez, ¿qué hay de malo en eso?