Robo

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Bien, era momento de salir; Rika había llegado al bar y nosotras esperábamos dentro del palacio, en las bodegas cercanas al sótano.

Fue difícil pasar la noche allí, pero era la única forma en que la reina podía meternos sin ser vistas después, de modo que Manía y yo descansamos entre los vegetales.

Ni siquiera pudimos tener sexo sobre las zanahorias; para ser sincera, la chica me ponía un poco nerviosa.

—¿Conoces el plan? —pregunté.

—¡Busca y destruye! ¡Busca y destruye! —fue su respuesta.

—Perfecto.

A pesar de todo, no sabía porqué Rika se mostraba tan nerviosa con respecto a dejarnos la misión a nosotras; éramos perfectas para el trabajo.

—Vamos, Manía —llegó el momento y salimos del almacén. Mis sentidos super desarrollados, me permitían escuchar más allá de los muros y por ahora, el pasillo contiguo estaba vacío.

Nos movimos por el oscuro y estrecho sendero de piedra mientras Manía me seguía de cerca; ella no era tan silenciosa ni tan avispada como yo, sólo era sexy, y como tal, era necesario para mí avanzar primero y verificar que no hubiera nadie alrededor.

El zorrito espacial, a modo de bufanda en mi cuello, facilitaba el trabajo, pues podía transportarse a sí mismo a cualquier lugar en un área de pocos metros.

... Además, era muy lindo.

—Ve, Star —ordené al pequeño cuando llegamos a un desvío; tenía que verificar el camino mientras se ocultaba en las sombras.

Un debil chillido sonó; era nuestra señal.

—Corre —indiqué a Manía; un vigilante estaba por llegar a nuestras espaldas. Me sentía como en un juego de Splinter Sell ¡Era tan divertido!

Si tuviera mi celular, incluso pondría música de espionaje con mis audífonos, pero vine a este mundo sin nada y Rika no me prestaba el suyo; al parecer, creía que le llenaría todos los petabites de pornografía. Para empezar ¡ella apenas lo usaba! ¿Qué más da si lo tomo para divertirme un poco?

De cualquier modo, decidí concentrarme, pues me estaba distrayendo con los pensamientos de todo lo que haría si tuviera un celular... Extraño mi teléfono.

Así, mientras esperaba que Dani no descubriera la contraseña y viera las fotos que le tomé desprevenida, continuamos nuestro avance.

Finalmente, tras varios vuelcos entre los pasillos y subir y bajar escaleras para evitar a los guardias, llegamos a la habitación del consejero del emperador, la cual también era vigilada por un guardia.

Observé desde una esquina y me mentalicé. Había llegado el momento de mi primer batalla, y al parecer sería contra un mago.

—Bueno, bueno, miren lo que trajo la zorra —debí sonar genial diciendo eso mientras me mostraba... En serio debería verme imponente, pero estaba nerviosa por ser esta mi primera pelea real y mi cuerpo temblaba.

—Ésta es un área restringida, ¡identificate y retírate!

—Vine por un objeto de esa habitación y no me iré sin él por mucho que digas "zorra, no te lo lleves".

—Así que, los seguidores de Rose nos traicionan después de todo. Cuando el emperador se entere...

¡Mierda! ¡Olvidé la regla de oro de los atracos! Nunca, por ningún motivo, había que llevar o mostrar una seña particular que te identifique y yo olvidé cubrir mi marca; sólo por hoy tenía el permiso y lo arruiné.

Emisaria De La Diosa Del Mal 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora