Nueva Base

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Tomó todo el día, pero aún así, las personas aquí se movían bastante rápido.

La situación era bastante sospechosa, ¿por qué un lugar donde tienen prácticamente controlada a toda la población tendría un mercado negro?

¿Por qué se venderían distuptores de señal tan fácilmente?

¿A dónde llevarían el equipo ilegal comprado y cómo podrían colocarlo?

Solo había una respuesta.

Los fundadores de este absolutismo lo permitían. Tal cómo dijo aquel padre fundador, el caos era necesario para mantener a la gente dominada.

Si las personas veían caos, agradecerían la protección de sus líderes y no se revelarían. Éstos sujetos permitían algunas actividades ilegales para justificar su dominio.

La conclusión era bastante irrisoria; esta distopia sólo engañaba a los locales, pero en mi caso, tomaría ventaja de ello.

[Disruptor de señal DS3500.

Artículo que interrumpe y filtra señales específicas en un área de 20x20]

Estaba complacida con mi primera adquisición; en cuanto a la segunda.

[Aeromoto A32T (modificada)

Vehículo volador de dos ejes que puede mantenerse a una distancia máxima de seis metros sobre una superficie. Alcanza los 300 km/h y ha sido modificada para uso libre.

Posee armamento energético ligero y estabilizadores manuales para maniobras fuera de programación.

Se maneja en conjunto con el visor de análisis que señaliza obstáculos y posibles riesgos para el conductor]

—La amo —me abrazaba con emoción a mi vehículo mientras acariciaba mi rostro en el manubrio circular dónde tenía que introducir mis manos.

Tras comprar todo lo necesario, me quedó suficiente para aquel vehículo volador parecido a una motocicleta blanca superdeportiva con algunas rayas azules a los costados.

Me gasté casi todos mis créditos, pero al diablo; podía darme este gusto.

También conseguí mi propio aparato para generar señal y cosillas varias que ponían una sonrisa en mi rostro, aunque no tanto como mi vehículo.

—Te prometo que encontraré la forma de correrte a toda velocidad.

Una vez terminados mis asuntos, se me ocurrió combinar mi nuevo traje con la motocicleta. Al igual que con la aeronave, se conectó a la perfección y me daba aún más opciones de manejo.

Aún seguía bastante sensible, así que fue difícil ponerme aquel traje ajustado y agradecía que fuera imposible para mí vehículo vibrar con el camino. Es decir ¡era como una motocicleta! ¡Se rosaba directamente con mi entrepierna! Seria peligroso conducir algo que vibra en mi estado actual.

Salí con Metri por la entrada secreta al estacionamiento mientras manejaba.

Salvo por el sonido silvante del aire, el motor no hacía ruido y el vehículo se sentía bastante estable.

—¿A dónde iremos? —preguntó Metri fuertemente abrazada a mi, pues no confiaba en mis habilidades de conducción, y menos aún luego de decir que nunca había manejado algo así.

A esta chica le gustaba el peligro aunque no lo admitiera.

—Saldremos de la ciudad por unas horas.

—¿Qué? Espera, no estoy preparada.

La ignoré y aceleré por la brillante carretera de luz.

Emisaria De La Diosa Del Mal 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora