Nos encontrábamos ya frente a la caverna; se trataba de un hueco en una colinilla a unos veinte metros de la muralla.
—Antes de empezar ¿alguien quiere decir algo? —pregunté algo nervioso por adentrarnos a terreno desconocido.
—Quiero decir que no importa lo que haya pasado entre nosotros —expresó Taffy tratando de mantener la moral en alto—. Estamos juntos en esto, confiamos los unos en los otros y aún si fuese una verdadera mazmorra o una simple cueva de monstruos, creo que hablo por todos cuando digo que daré mi mejor esfuerzo por superarla con ustedes.
Todos asentimos y Remi siguió.
—Aunque la fama no nos vendría mal si fuese una mazmorra.
—¡Por la fama! —celebramos y avanzamos.
Al entrar a la cueva, no había más que raíces provenientes de las plantas cercanas en techo y paredes, pero no parecía que la tierra se nos fuera a venir encima; sin embargo, la oscuridad era profunda ya desde el inicio; nos adentrabamos a terreno desconocido, así que Remi levantó su báculo e iluminó nuestro camino.
Caminamos varios metros hacia abajo; debíamos estar ya debajo de la ciudad cuando una serie de cavernas diferentes se nos presentaron. Eran lo bastante estrechas para sólo poder pasar una persona a la vez y para que Rudy tuviera que agacharse ligeramente.
—Que molestia ¿Qué camino tomamos? —preguntó Lena; seguro esperaba una línea recta como mucho.
—¿Y si mejor regresamos? No creo que encontremos gran cosa en estas sucias cavernas —Nikki era tan pesimista como siempre.
—La misión no puede terminar tan rápido, al menos debemos recorrer un poco más —regañé y Nikki dio un paso al frente enfocando su magia; ella tenía un talento especial que siempre nos sacaba de estos apuros.
—Por allí —señaló una de las cuevas.
Casi enseguida, una serie de gritos pudieron escucharse viniendo; eran monstruosos e ininteligibles, pero cualquier aventurero que haya empezado desde que abajo, podía identificarlos.
Goblins con armas rústicas y grabados tribales en sus cuerpos salieron de las cuevas; incluso llegaron desde atrás y eran de alto nivel para su especie. Si cientos de ellos nos rodeaban, saldríamos con algunas heridas.
—Rudy, ariete —ordené y llevó el gran martillo sobre su espalda a la altura de su pecho—. Remi, dale luz.
Mientras reía, Rudy encogió sus hombros ligeramente y corrió hacia la cueva señalada por Nikki, arrojando a los goblins hacia los lados o directamente pasando sobre ellos.
Nosotros íbamos detrás mientras Remi hechizaba el martillo para iluminar el camino de rudi.
Era difícil no tropezarse con los goblins que el grandote dejaba en el suelo luego de pasar, pero al menos no seríamos rodeados por ellos.
—¡¿A dónde ahora?! —urgió Rudy; no podía detenerse, pero debía elegir entre los cúmulos de túneles que había adelante.
—¡Dos a la izquierda! —gritó Nikki.
Los demás los seguimos.
—¡Apurense! ¡Apurense! —urgía Taffy, pues nos estaban alcanzando—. No quiero que me violen unos goblins.
—Yo tampoco —secundó la chica de cabello alborotado.
—Claro, como si no fueran a gustarte esas cosas —expresé con sarcasmo recordando su orgia de ayer.
—¡¿Qué?!
—¡¿Por dónde?! —interrumpió el grandulon.
—¡Derecha! —Nikki se concentró en su trabajo.
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Emisaria De La Diosa Del Mal 2
FantastikContinuación desde el episodio 74 de la historia original.