Emisaria De La Diosa Del Mal 2

Mundo Tecnológico

¡Esto era fantástico!

¡Autos voladores! ¡Luces de Neón! ¡Robots!!!

¡El mejor mundo hasta ahora!

[Aviso de sistema. Ajustes de mundo en progreso.

Habilidades de mundo de videojuego invalidadas por actualizacion.

No desconecte ni apague el equipo.]

"¿Cómo voy a desconectar el...? Olvídalo, seguiré apreciando este maravilloso mundo".

-¡Ahh! -un grito a mi lado me sacó de mi estupor. Se trataba de Jazmín, quien seguía desnuda.

-¿No te dije que te vistieras?

-No me dio tiempo -ella se encontraba acurrucada en el piso, tratando de cubrir su cuerpo de cualquier extraño.

-Espera, enseguida te daré algo -respondí aburrida.

-¿Quienes...? -fuimos interrumpidas por una chica con una máscara brillante sobre su nariz y boca que llegó también a la cornisa sobre la que descanzabamos; parecía asustada y probablemente tampoco debía estar aquí.

-Hola pequeña, tengo unas preguntas que hacerte.

Ella se movió despacio y... Saltó por la cornisa.

-¿Qué rayos?

Salté detrás de ella.

Ambas caímos hacia el paisaje tecnourbano bajo nosotras.

Era curioso darse cuenta de que había cierto orden el el lugar, pues los primeros cuatro metros sobre el suelo, estaban repletos de gente o robots de apariencia humanoide que caminaban o flotaban con tranquilidad.

Los siguientes 8 metros, las carreteras de luz azul recorrían el área entre los edificios, subiendo y bajando, muy raros eran los caminos y aún más los vehículos que pasaban ese límite, y los siguientes 6 metros, pequeñas esferas tecnológicas flotaban, enfocando la urbe con los grandes lentes en sus cuerpos.

Nosotras por supuesto, superabamos esas distancias aún después de caer unas decenas de metros.

La chica, con cabello castaño de puntas azul brillante, hizo algo extraño justo antes de llegar al área dominada por los robots de forma esférica y una plataforma curva de color púrpura apareció bajó sus pies, cambiando la energía cinética de dirección y ayudándola a deslizarse hacia el frente.

Ella volaba mientras lo que parecían orejas de gato artificiales con luz azul en el interior, brillaban desde su cabeza.

-Interesante.

Cambié mi postura, colocandome boca abajo mientras caía y tras apoyar mis pies en el edificio tras de mí, me impulsé hacia la misma dirección de la chica.

Ella aterrizó en la cornisa de un edificio en frente y miró hacia atrás solo para darse cuenta de que usé mi látigo para aferrarme a uno de los tubos de luz en el lugar y jalarme, compenzando la distancia faltante.

Con molestia, ella volvió a correr y llegué al edificio justo cuando ella se deslizó por el tuvo de drenaje al otro lado.

Me asomé antes de saltar mientras ella se deslizaba hacia un callejón.

-Fantástico -me dije mientras caía, pero ella hizo algo fuera de todo pronóstico y se soltó al apoyar sus pies contra el marco una ventana; saltó y cayó justo sobre uno de los robots redondos, dejándome caer al vacío.

-Mierda -usé mi látigo para aferrarme a otro de los robots y me balanceé para saltar, causando que éste se estrellara contra una pared mientras yo lograba aferrarme a una de las ventanas de la enorme construcción.