Autor.
¡Hello, Mina-san!
¡Nuevo capítulo!
¡Traído pro el patrocinio de maker-00!
¡Banzai!
En serio gracias a este tipo de apoyos puedo continuar escribiendo.
"Fan promedio, por qué no eres como él" *les da un sape*.
En serio me ayuda mucho.
La verdad es que escribo por amor al arte y en parte como terapia, pero este tipo de apoyo me ayuda a sobrellevar gastos sencillos y... muy pronto comprar medicamentos para la ansiedad y otras cosas, así que consideren que un autor ansioso es un autor que asesina personajes queridos.
No sé, sólo considerenlo.
¡Disfruten!
Soldados y sirenas siguen con la fiesta; les permití socializar en el templo luego del entrenamiento y el banquete; era un poco curioso verlos usar sus cuerpos semi acuáticos para realizar actividades más... de mamíferos.
Es obvio que no son totalmente peses, aunque las sirenas tienen que salir del agua y reposar su torso sobre alguna superficie para que desde atrás, el macho se monte sobre ella.
Al parecer, una cola limita mucho sus opciones durante el sexo, aunque bueno... también tendrá que ver la creatividad en ello.
La lujuria emana en el aire y las mujeres pulpo... joder, la manera en que sus ventosas se pegan en mis pezones... es fabulosa.
Definitivamente necesito a una Escila en mi harem. La que me miraba los pechos cuando la conocí, me agradó.
Fue lujuria a primera vista.
Aún así, no puedo hacerme a la idea de ser penetrada y revuelta por dentro por sus tentáculos. Simplemente no quiero que salga un olor a pescado... o que sus ventosas se peguen adentro y me arranque la matriz por accidente o... ¿yo que sé?
De hecho... ¿tengo matriz?
[Rose: sí tienes, ¿quieres que hagamos un bebé? prometo que tendrá tus ojos]
Decido ignorar a Rose, mejor me centro en lo que hago... o lo que recibo.
La señorita Escila masajea mis pechos, atrapando mis pezones con sus ventosas y soltando mientras Marala, con medio cuerpo fuera del agua, lame mi entrepierna.
Se siente tan bien...
Sólo quisiera ser besada.
Mis gemidos se escuchan bastante más que los demás en el templo, aunque seguro tiene que ver con que nosotras lo hacemos bajo el altar mientras el resto de marinos están distribuidos por el lugar.
La electricidad recorre mi cuerpo, mis gritos se vuelven más intensos, mi espalda se tensa, aprieto a la sirena entre mis muslos.
—¡Ya casi! ¡ya casi! —estoy por...
Casi... la sensación de placer baja, de nuevo se vuelve molesto.
Otra vez no llego, aunque las ocasiones en que estoy cerca se hacen más frecuentes y más fuertes.
Supongo que pronto.
Empujo la cabeza de Marala hacia atrás y aparto los tentáculos de la chica pulpo.
—¿Todo se encuentra bien mi diosa? —cuestiona la obispo.
—Todo está bien —me pongo de pie suspirando—. Diviértanse ustedes —tomo a la chica pulpo y le hablo antes de empujarla al agua que hay rodeando el altar—. Vuelve loca de placer a la obispo, se lo merece.
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Emisaria De La Diosa Del Mal 2
FantasyContinuación desde el episodio 74 de la historia original.