¿Cita?

120 33 14
                                    

Autor.

Este capítulo también es traído a ustedes por maker-00, ayudenle, jajaja.

Espero lo disfruten.

Esto es...

¡Ya, matenme!

Un vestido rosa pastel bombacho, medias blancas hasta las rodillas con moñitos...

Bragas con gatitos, un corpiño a juego...

Una tiara y rodetes...

Que tortura.

Me voy colocando las muñequeras rosas mientras reprimo las ganas de vomitar.

—Vamos, Rika, esfuérzate —Rin insiste mostrándome varios juegos de zapatillas y zapatos.

—Pero todo se ve horrible.

—Es lo que hay —se encoge de hombros—. Recuerda el juego, cada que te equivoques...

—Cada que me equivoque elegirás mi siguiente prenda, ya lo sé —menciono con total desagrado—. ¿Pero por qué tiene todo qué ser tan... infantil y rosa?

—Así me gusta —Rin se encoge de hombros.

—Ugh, parezco un pastel de cumpleaños —señalo un par de botas oscuras y Rin suspira.

—¿Es en serio? unas botas son totalmente inapropiadas para lo que llevas puesto.

—¡¿Y yo qué voy a saber?! pensé que combinar la ropa era sólo acomodar los colores y ya.

—Es más que eso, Rika, ya te lo dije —Rin parece frustrada, pero no más que yo.

—Ya, sólo dame la última prenda —respondo mientras me pongo las zapatillas negras que me entrega.

—Bien —Rin pone frente a mí un conjunto de collares y gargantillas.

Hay blanco, negro, rosa, con olanes, de resorte, de cadena y al verlos, mi mirada se torna en asco.

—Este —tomó un collar blanco ajustado al cuello, con una campanita y un moño púrpura.

—Eso... en realidad combina bastante bien, ¡genial, Rika! ¡lo hiciste!

—¿Sí? sólo elegí el que más detestaba —me ato el moño tratando ya de terminar con esta tortura y un mensaje molesto aparece.

[Habilidad: Modista Lvl. 1, adquirida]

—Maldita sea, ¡¿por qué esto no apareció antes?!

[Rose: Debe ser la intención, Rika, es la primera vez que eliges tu ropa con la intención de combinarla y además, aciertas]

—¡Maldita sea! —para este punto, mis mejillas están rojas de ira—. Me voy de aquí.

—Espera, Rika —Rin corre por un oso de peluche gigante y me lo entrega, mide más que mi torso—. Toma, es un regalo por lo de hoy.

Lo tomo con extrañeza.

—¡¿Y yo para qué lo quiero?!

—No rechazarás el regalo de una amiga, ¿no?

—¿Amiga?

—¿No somos amigas? —pregunta con ojos grandes y vidriosos.

—Bueno... realmente nunca lo pensé, pero supongo que me estás ayudando, así que... ¿por qué querrías ser mi amiga?

—¿A qué te refieres?

—Sí, es decir, soy tu jefa, pero en este momento no me ves como tu jefa, así que ¿qué motivo tienes para ser mi amiga?

Emisaria De La Diosa Del Mal 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora