La Melancolía De Los Wyvern

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El vuelo era sin duda bastante rápido; probablemente un Wyvern salvaje sería aún más veloz, pero aún así, mis águilas corruptas se quedarían sin energía sólo para alcanzarlo.

Yo, por otro lado, miraba por la ventana del vagón en su espalda el como las enormes alas se movían de vez en cuando para controlar las corrientes de aire, haciendo que se sintiera como ir en un barco mientras las nubes pasaban por encima, abajo y alrededor.

—Mi moto es más rápida —susurré para mí.

—No pareces impresionada por esto —me llamó la reina, probablemente porque tanto silencio la incomodaba luego de las vacaciones que pasó—. La mayoría no pueden ocultar la emoción durante su primer vuelo en Wyvern.

—Sólo son un montón de nubes volando a nuestro alrededor, nada que no haya visto antes —me encogí de hombros.

—Has tenido una vida interesante, según parece.

—Desde hace casi cuatro años es difícil aburrirme, así que supongo que sí.

—¿Sigues interesada en tener un Wyvern?

—Un poco, creo que criar uno daría más beneficios que perdidas.

—Es verdad que parece costoso, pero cada familia que ha criado uno, terminó por aumentar su fortuna —expresó sin molestarse por que yo no dejara de mirar por la ventana para prestarle atención.

—¿Por qué?

—Son muy útiles para transportar personas y provisiones; con un imperio constantemente en guerra y expansión, los servicios de criaturas que pueden moverse tan rápido y llevar grandes cantidades de peso son muy codiciados.

—¿Y por eso hay tantas? Conté alrededor de quince cuando nos elevamos.

—Quince sólo en ese lugar, pues es una ciudad estratégica para el envío de recursos. La familia imperial tiene alrededor de sesenta, la familia Yarde unos veinte y la familia Bliat alrededor de diez.

—Es extraño que criaturas que pueden vivir cientos de años se reproduzcan tan rápido —mencioné con interés.

—Eso es solo en los Wyvern salvajes. Los domésticos viven cuando mucho ciento veinte años y los ayudamos a reproducirse con una mezcla especial de afrodisíacos, de lo contrario, no podríamos reponer los perdidos en la guerra.

—Me parece algo asqueroso en realidad.

—¡¿Qué?! —uno de los escoltas nuevamente se ofendió por mi comentario y la reina levantó su mano para detenerlo.

—Explícate.

—No hablo de criar o reproducir una criatura para aumentar tu poderío; yo misma lo he hecho, pero si no puedes darle los recursos para aprovechar todo su potencial ¿no crees que sería mejor gastarlos en otra cosa?

Es decir, se supone que son gobernantes del cielo, pero incluso yo podría derrotar fácilmente a esta criatura —

—Este sólo es un Wyvern de transporte.

—No, es un Wyvern Wynder, gobernante del viento o algo así, una criatura dotada de todos los dones que provee el viento y lo usan para el transporte, pero no es una criatura de transporte.

—¿Y cuál es la diferencia?

—Si tienes un basilisco ¿lo usarías para atacar o para mover alimentos?

—Para atacar, obviamente. Los basiliscos son criaturas temibles.

—Precisamente —con esas palabras, corté la conversación y abrí la ventana.

Emisaria De La Diosa Del Mal 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora