Autor.
Como entiendo el asunto de la cuarentena y estoy de buen humor, les paso el capítulo dos para que no esperen una semana :v
¡Amenme!
y no olviden comentar para que siga de buen humor.
—... Y entonces, los malvados caballeros acorralaron a las niñas zombie para comerse... ¡Sus cerebros!
—¡Nuestros cerebros no! —las niñas gritaron aterradas con mi historia.
Me reí divertida y terminé de arroparlas.
—Bueno, es hora de dormir.
—Otra historia, mamá.
—Si, otra.
Ambas estaban emocionadas y con mucha energía; tal vez no les debí dar el corazón de un aventurero para cenar. Era demasiada proteína para la noche.
—No, niñas, es hora de dormir —sin hacer caso a sus súplicas, me levanté del costado de la cama y salí de la habitación tras apagar la luz.
Cerré la puerta y me recargué sobre ella antes de suspirar. Esto se sentía muy raro; sin Jazmín a mi lado, no tenía realmente ninguna motivación para salir a esparcir calamidad.
No podía acostumbrarme a esto.
—Rika...
Alcé alzar la mirada y me encontré con Shira al otro extremo del pasillo.
—¿Qué sucede?
—Quiero que hablemos, por favor acompáñame.
Shira actuaba muy sospechosa, pero la seguí sin cuestionarla; no estaba de humor para complicaciones. No quería más problemas por ahora.
Recorrimos la zona de habitaciones hasta llegar a una cómoda y lujosa sala de estar, dónde se encontraban Zoe, Rin, Persi e incluso Limerence.
—¿Qué sucede? —pregunté extrañada al ver a todos aquí.
Los involucrados se miraron fijamente, como tratando de decidir quién hablaba y de nuevo, Shira dio el primer paso.
—Rika... Ésto tiene que parar.
—¿Qué cosa?
—Esta no eres tú. Casi no sales, ya no peleas... Joder, ya ni siquiera te coges a las ayudantes del templo, de ninguno.
—¿Y cuál es el problema? —pregunté molesta.
—El problema es que llevas así cuatro meses.
—Creemos que es momento de superar lo que pasó —agregó Zoe.
—¿Mis actividades afectan negativamente a ésta religión? —cuestioné de nuevo.
—No, pero...
—¿Entonces por qué no me dejan en paz?
¿Qué tiene de malo si quiero dejar todo atrás y llevar una vida pacífica? ¿Qué si quiero dedicarme a mis hijas? De cualquier modo, mi promesa hacia Rose ya fue cumplida —
—¿No decías siempre que no eran tus hijas?
—Cambié de opinión —me encogí de hombros.
—¡Pero lo haces por la razón equivocada!
Al ver que Shira se alteraba, Limerence la detuvo y se acercó.
—Lo que queremos decir es que está bien si deseas retirarte; Rose y afrodita saben cuanto hiciste por esta fe que ahora crece continuamente aún sin tu influencia, pero esta no es la forma.
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Emisaria De La Diosa Del Mal 2
FantasyContinuación desde el episodio 74 de la historia original.