Había sido arrestada; fui procesada y encerrada; aunque claro, aún faltaban aspectos del proceso.
—Desvistete.
—No quiero.
Dentro de la cárcel, fui llevada a una habitación vacía salvo por una mesa fría, la guardia femenina y los dos guardias que estaban allí.
—Sujetenla —indicó la mujer y los dos guardias vinieron hacia mí, tomando mis manos y hombros.
—¿Crees que eres la única que ha venido? ¿La única que se quiere poner ruda? —se burló la mujer alta, de espalda ancha y algo subida de peso—. Vamos a revisar cavidades, señorita; y en tu caso, créeme que me tomaré mi tiempo.
—Eres libre de intentarlo —sonreí con malicia y lancé mi maldición.
La mujer dio un paso y cayó al suelo mientras se retorcía de dolor. Espuma salía de su boca y sus oídos sangraban.
Los dos guardias me soltaron para correr a auxiliarla y yo me senté sobre la mesa.
—Oh, que grande es mi Diosa al protegerme de los abusos; sabía que no me dejaría desamparada —expresé con los brazos abiertos y lágrimas en los ojos.
Los hombres llamaron por su radio y doctores con una camilla se llevaron a la mujer antes de que uno de ellos quisiera continuar con el trabajo.
La escena siguiente fue exactamente la misma.
Yo me reí mientras me sujetaba el estómago al ser llevada a una celda confinada para mi posterior revisión.
Las cosas iban muy bien. Según me enteré antes, uno de los pocos que fueron arrestados de la fiesta, me identificó y me describió, razón por la que fui arrestada.
Menos mal que en mi almacén dejé las cosas importantes con un instructivo para Jazmín, y ya que lo estaba rentando al nombre de ella, no lo iban a revisar en un rato; después de todo, ella podría ser mi allegada, pero sólo para Dani, Etan y Zoe; nadie más tenía idea de quién era ella y por lo tanto, no podían vincularla conmigo con facilidad.
Aún así, me aburría en mi celda y tenía hambre.
—¿Cómo era ese hechizo?
Me costaba recordar la forma de la magia.
[Camuflaje infernal]
Como niebla, salí por los barrotes de mi celda oscura y aislada y seguí hasta salir de la prisión.
—¡Jazmín! —me la encontré frente a la puerta—. Sabía que no tardaba en venir.
—Rika, estaba por ir a rescatarte.
—¿Rescatarme? No, yo quiero estar allí.
—¿Enserio?
—Por supuesto; ser acusada de un crimen que no cometí y liberada al no encontrar evidencia es una muy buena publicidad.
—Pero ¿entonces por qué saliste?
—Tengo hambre y necesito algunas... Tu sabes, cosas de... Chicas...
—Ohhh, tonta de mí; debí traer todo para tu comodidad, pero no te estoy ayudando —respondió arrepentida.
—No te preocupes, mi paletita de fresa, tenemos alrededor de una hora, así que comamos cerca de aquí.
—Pero ¿las cámaras no te vieron?
—Para nada; las desactivé mientras salía.
—Eres maravillosa.
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Emisaria De La Diosa Del Mal 2
FantasyContinuación desde el episodio 74 de la historia original.