Tras ordenar un toque de queda para mantener a la gente controlada y cubrir el ordenador con una carpa que saqué de mi inventario, Metri y yo nos refugiamos mientras enviaba un mensaje.
En teoría, ya nadie podía localizarnos aún cuando estábamos usando la RIMM, así que nos conectamos sin miedo a un mundo virtual completamente blanco.
—¿Me llamaste? —Silick también acudió luego de mi mensaje.
—En realidad fui yo —y Rose apareció frente a nosotras llevando su vestimenta habitual.
—Error, Error, mis sensores no te detectan como una forma de vida o un programa cibernetico. Identificate.
—Soy Rose, la verdadera y única Diosa del mal.
—¿Eres malvada? —preguntó Metri con cautela.
—Cualquiera que vaya contra los parámetros establecidos por la mayoría, puede considerarse malvado.
Los dioses me pusieron así porque a diferencia de ellos, yo abandero el deseo —
—Entonces Rose —evité las demás preguntas que seguro surgirían—. ¿Quién es el Dios de este mundo? ¿Cuál es su función? ¿Cómo puede sobrevivir si aparentemente nadie cree en él?
—Éste dios es la tecnología —respondió con un rostro apasible.
—...
Ante nuestro silencio, ella continuó.
—Verás; hace unos veinte años... Tal vez un poco más, la gente comenzó su completa y total inmersión en el mundo tecnológico. Las generaciones que vivieron las secuelas de la guerra ya habían muerto y sólo quedaban aquellos que nacieron con la tecnología en las manos, entregando su anuencia total a los estándares que esta dictaba.
Las personas creían que era la solución a todo; llegaron a un punto dónde no podían vivir sin ella y en ella depositaban toda su fe.
La conciencia colectiva dirigiéndose hacia la tecnología cómo única deidad, más la energía empleada en mejorarla, fueron lo que finalmente se unió para crear a un nuevo dios —
—Así que un dios creado de tecnología.
—Es por eso que no habla con el resto. Está atado a este mundo.
—Y si quisiéramos matarlo tendríamos que literalmente destruir todo avance tecnológico ¿Correcto? —respondí perspicaz.
—Correcto, pero matarlo no es mi intención. A diferencia de los demás dioses que me traicionaron, él no me hizo nada; es muy joven para ello.
—¿Entonces por qué me enviaste a este mundo? —pregunté confundida.
—Planeo coexistir con él, pero para eso, necesito ganar poder en su mundo y no dejarle la opción de echarme. En un futuro, me gustaría abrir un portal entre los mundos para poder enviar a mis seguidores aquí en caso de que otra alianza se forme para matarme.
—Cierto; ninguno de los Dioses puede enviar héroes aquí debido a su falta de influencia.
—Y en el caso de que llegaran a lograrlo, no podrían hacerlo en grandes cantidades y el dios de este mundo se desharía de la plaga antes de que avance.
—Eres bastante previsiva —reconocí. Ella verdaderamente actuaba siempre con algún motivo.
—Solo trato de corregir los errores que me pusieron a merced de esos traidores —explicó por última vez mientras mantenía una sonrisa amarga.
—¿Qué es todo esto de matar dioses y traiciones y demás...? ¿Qué tienen que ver ustedes con mi hermana? —interrumpió Metri y yo insté a Rose a contarle a ella y a Silick su historia.
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Emisaria De La Diosa Del Mal 2
FantasyContinuación desde el episodio 74 de la historia original.