Empatía

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Desperté en un cuarto blanco con luz brillante, tan brillante que daña la vista.

Ti... Ti... Ti...

El sonido constante del monitor cardíaco se escuchaba tan fuerte que mis oídos sumbaban.

Algunas personas corrieron frente a mí, envueltas por una bruma borrosa y cuyas voces sonaban como si me hablaran a través de un muro de hormigón...

No podía entenderles.

¿Sujetaban mi rostro? No lo sentía, pero veía mi vista cambiar de lugar sin mi influencia; una luz blanca, más brillante o más cercana que las de la habitación fue enfocada a mi rostro.

Lastimaba, lastimaba mucho, así que cerré los ojos y volví a dormir.

No supe cuanto tiempo pasó, pero desperté de nuevo, con la vista esta vez más clara y mi cabeza dolía.

El sol entraba por la ventana, estaba amaneciendo; un fuerte olor a flores inundaba la habitación y mientras me acomodaba en mi cama, pude verlo claramente, estaba en un cuarto de hospital, uno muy lujoso, mucho más que el primero en el que desperté.

Era amplio y sólo para mi, y claro, para Jazmín que dormía en una silla a mi lado.

Muy lindo de su parte haber esperado junto a mí todo este tiempo.

Un leve dolor asaltó mi estómago; no era hambre, era ¿un cólico?

Revisé, de nuevo estaba en esos días; que molestia.

Al menos ahora no había ataques de llanto.

Enserio ¿cuanto tiempo estuve dormida?

Tal vez fuera el flujo hormonal, pero me enterneció el ver a Jazmín dormida junto a mi cama; no quería despertarla.

Seguí observando la habitación en silencio; estaba llena de flores y regalos.

Traté de analizar con mis lentes de contacto, pero ya no los tenía; había que levantarme.

Traté y sólo en ese momento vi la intravenosa de suero en mi brazo.

Me preguntaba por qué mi sobrehumana regeneración no funcionó.

La respuesta vino a mi mente enseguida; con mi cuerpo de jugador, quemaba mana, estamina y los nutrientes de los alimentos que mi cuerpo disolvía completamente y convertía en energía.

Ahora no podía hacer eso, pero si podía alimentarme para regenerar y en éste hospital no me dieron más que una dieta adecuada basada en suero.

No era de extrañar que tardara tanto en despertar, pero ¿cuanto?

Suspiré y tomé el tripié conectado a mi suero mientras apagaba el monitor cardíaco y desconectaba los electrodos.

Me levanté y jalando aquella bolsa con tubos, caminé hacia la ventana empañada por el frío de la noche y el vapor de la mañana.

Nieve...

El invierno empezaría en dos semanas antes de desmayarme, así que, presumiblemente, habían pasado dos semanas.

Tomé una de las etiquetas de las flores que se veían más marchitas.

[Recuperate pronto. Etan]

Ese maldito, le dije que no me gustaban las flores.

Tomé otra etiqueta... No conocía el nombre, pero fue enviado por un seguidor de Rose.

Tomé la canasta de dulces a un lado y abrí una caja de chocolates; la energía me vendría bien.

Emisaria De La Diosa Del Mal 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora