One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1

52.1- Harry Potter

¡Hola, hola! 

Doble actualización (+8000 palabras); para celebrar que tal vez habrá una nueva serie del universo de Harry Potter.

ADVERTENCIA: Contenido sexual explícito en este primer apartado; les aconsejo que vayan por unas galletitas porque hay dramón del bueno.

Espero que lo disfruten<3

—————

Entrégate

BLAIR

La adrenalina en un partido de quidditch es incomparable. El viento choca mi rostro a medida que aumento la velocidad en mi escoba. Escucho los gritos de apoyo de los Slytherin desde las gradas, y eso parece aumentar mis esfuerzos por alcanzar la quaffle.

Sólo unos metros más...

Sólo unos...

SQUAK

Ginny Weasley me choca desde abajo, tirando de mi túnica y rasgándola, aprovechando mi momentánea pérdida de equilibrio para tomar la delantera y alcanzar la quaffle.

—Maldita perra.

Mis compañeros le gritan insultos que se pierden en la algarabía de los Gryffindor, pero me recupero llena de rabia y voy tras ella.

—¿Sabes qué es lo mejor de tener una escoba de categoría, Weasley? —exclamo llegando a su lado sin mayor esfuerzo, y ella me observa con sorpresa—. Que puedo hacerte comer polvo las veces que quiera.

Le doy un codazo y tomo la quaffle de sus manos, acelerando y pasándola a llevar en el proceso. Weasley cae de su escoba quedando sentada sobre el césped con un ruido seco. Suerte para ella que estábamos apenas a dos metros de altura.

Voy hacia los aros de Gryffindor a toda velocidad, donde Ron Weasley se encuentra, verde de nervios.

—¡Weasley nació en un basurero...! —canto acercándome a él con una sonrisa—. ¡Y se le va la quaffle por el agujero!

Lo esquivo fácilmente y anoto otro punto para mi equipo.

—Draco debería ser compositor, ¿no crees, Weasley? Tiene potencial.

—Cállate, Malfoy.

Blaise se acerca felicitándome, y chocamos las palmas para luego volver al centro del estadio. El partido no está a nuestro favor, pero con un par de puntos más alcanzaremos a los de Gryffindor y ni siquiera atrapando las snitch nos podrán ganar. Aún así, me preocupa ver al buscador de nuestro equipo -un reemplazante, ya que mi hermano no quiso jugar- dando vueltas bastante distraído.

—¡Vamos! —grita Blaise—. ¡Crabbe! ¡Goyle! ¿Para qué tienen esos bates si no los usan? ¡No quiero ver a los cazadores de Gryffindor cerca de nosotros! ¡Desvíenlos!

Crabbe y Goyle asienten; Blaise, el otro cazador y yo nos ponemos en línea ofensiva en búsqueda de la quaffle, y mi corazón parece detenerse cuando veo a Harry descender en picada hacia el suelo, seguramente tras la snitch.

—¡Harper! ¡¿Qué demonios haces ahí parado?! ¡Ve tras él! ¡¡Ve tras él!!

Dejo mi garganta en ese lugar, porque no puedo detenerme a ver qué pasa. Sigo volando junto a Blaise, siguiendo a la chica Weasley y a otra cazadora, hasta que el silbato de Madame Hooch nos detiene.

—¡Harry Potter tiene la snitch! —grita el comentarista, y quiero golpearme con el bate de Crabbe—. ¡Gryffindor gana...! 

—¡Estuvimos tan cerca! ¡Harper, ¿qué mierda hacías?! ¡Tenías un trabajo! ¡Un sólo trabajo!