One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1

44.4- Draco Malfoy

Capítulo largo. Espero que lo disfruten.

-------

Rachel llegó puntual a la biblioteca a la hora que la había citado Draco. Él ya estaba ahí; había llegado diez minutos antes, y la esperaba en una de las mesas del fondo, con algunos libros esparcidos sobre la mesa, un par de pergaminos y plumas.

-Hola -dijo Rachel dejando su mochila en el suelo y sentándose a su lado.

-Hola, Rachel.

-Antes nunca me llamabas por mi nombre, ¿por qué ahora sí?

"Solía llamarte por tu nombre siempre, solía decirte que me encantaba, pero no lo recuerdas", pensó Draco obligándose a sonreír.

-Se supone que tienes que hacerme preguntas sobre la asignatura, no sobre otras cosas -dijo él, y Rachel rodó los ojos.

-Bien. ¿Con qué empezaremos?

Draco le tendió un libro y acercó unos apuntes. Rachel los leyó y frunció el ceño.

-Empezaremos repasando los conceptos esenciales del arte de las pociones.

-¡Pero si esta es materia de primer año!

-¿Y cómo fueron tus notas en primer año, Rachel?

-Malas, pero...

-Pero nada. Si quieres preparar pociones dignas de un alumno de séptimo año, debes saber hacer pociones que todo niño también haría. Ahora cállate y escúchame, voy a explicarte.

Rachel se obligó a guardar silencio y comenzó a escuchar atentamente.

Diez minutos después, estaba sorprendida de lo bien que Draco explicaba los contenidos. Ella estaba entendiendo perfectamente, sin necesidad de que él repitiera las cosas.

Entonces lo miró: Draco lucía muy concentrado mientras movía la punta de la pluma, sin tinta, sobre los resúmenes explicándole hasta los procedimientos más básicos. Su ceño estaba levemente fruncido, algunas hebras del cabello se le iban a los ojos y él las apartaba con la mano, su nariz recta, levemente respingada y sus labios tan rosados...

Y Rachel se preguntó cómo se sentiría si lo besaba.

¿Qué se sentiría besar a Draco Malfoy?

¿Sería de esos chicos que dan besos suaves, como una caricia? ¿O de esos cuyos besos son tan apasionados que parecen explorarte el cuerpo entero? ¿Sería de esos chicos que pueden darte ambos besos igual de bien?

-Rachel, ¿estás escuchándome?

-Sí...

-Estás sonrojada.

-Yo sólo... ¿descansemos un momento? Pasé por la cocina antes de venir y traje bocadillos.

Tomó su mochila y dejó algunos cupcakes sobre la mesa, tratando de que los libros los taparan en caso de que la bibliotecaria se acercara.

-Apenas llevamos aquí quince minutos -dijo Draco sin entender su comportamiento.

-¿Quieres cupcakes o no?

-Bueno, bueno.

Comieron en silencio. Rachel no dejaba de pensar en las locas ideas que acababa de tener. ¿Besar a Draco? Demonios, cada vez que lo pensaba, aquella idea le parecía menos descabellada.

¿Y qué si lo hacía? Sólo sería un beso. Sólo uno. Sin repetición.

-Explicas bien -murmuró Rachel con la boca llena.