One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1

18.12- Draco Malfoy - EPÍLOGO

EPÍLOGO

April salió de la biblioteca casi al anochecer. Se le había hecho muy tarde estudiando junto a una chica de Hufflepuff con la que solía hablar a veces, y ahora caminaba rápidamente hacia el Gran Comedor esperando no perderse la cena. 

Caminaba con velocidad, pero su mente estaba muy lejos de los pasillos de Hogwarts. Pensó en sus padres, luego de tantos años estaban juntos al fin, y ella se sentía completa.

¿Cuánto había cambiado su vida en los últimos meses? Mucho.

Y para bien.

Sí, había tenido momentos feos, reveladores, dolorosos e inesperados, pero afortunadamente para April y su familia, todo había terminado bien.

Bueno, no todo. 

William había perdido a su padre. Pero April estaba segura de que ella y los demás lograrían darle todo el cariño y amor disponible en sus corazones.

Y en eso iba, pensando, cuando al doblar en la última esquina para llegar al vestíbulo su corazón se detuvo.

Al parecer, ella no era la única perdiéndose la cena.

Shawn y la Prefecta de Ravenclaw se encontraban afirmados en una columna, besándose tan enredados que April no supo dónde terminaba el cuerpo de Shawn y comenzaba el de la chica.

Y así April Malfoy vivió su primera decepción amorosa. 

—April —murmuró Shawn cuando se dio cuenta de que la preciosa y pequeña Slytherin los miraba desde la esquina del pasillo, con sus ojos azules más brillantes de lo normal—. Uhm... ella es Lidia, mi novia. ¿Ya... se conocen...?

April no respondió y continuó caminando con la barbilla en alto, perdiéndose más allá de las puertas del Gran Comedor. 

•

Algunas semanas después, Scorpius entró corriendo a la sala común de Slytherin, agitando una carta en sus manos.

—¡Llegó! ¡Llegó!

April y Albus, que hacían sus deberes en una de las mesas junto a una ventana, se pusieron de pie emocionados, acercándose a Scorpius.

—¡¿Qué esperas?! ¡Ábrela, Scorp!

Scorpius estaba tan nervioso que sus manos temblaban, lo cual causó que rompiera el sobre llevándose también un trozo de la carta.

—¡Qué bruto eres! —exclamó Albus.

—A ver, dámela...

April tomó el sobre y lo abrió con cuidado, luego extendió la hoja en su interior y los tres comenzaron a leer la carta que les había enviado Draco, donde les contaba finalmente si tendrían un hermanito o hermanita.

—¡Por la tanga de Salazar! —exclamó Albus, mientras Scorpius y April  se mantenían en silencio.

•

Poco más de un año después...

Draco se movía nervioso, de un lado a otro en la habitación anexa a la iglesia. Tenía una mezcla de sentimientos encontrados que iban desde los nervios hasta la felicidad. 

Al fin había llegado el gran día. Él y Hannah se casarían.

De pronto, mientras Draco se ajustaba el traje, la puerta se abrió dando paso a una suave vocesita:

—¡Papá...!

Lucius Malfoy, ya recuperado y libre de las secuelas de la explosión, entró llevando en sus brazos a la pequeña Raquel, que dentro de un mes cumpliría un año de edad.