*Capítulo editado.
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06
—¿Por qué no me dijiste que estás embarazada?
Jules se sobresaltó al escuchar la voz molesta de Draco en lo alto de la escalera.
—¿Podrías bajar la voz? Los niños siguen dormidos, es muy temprano aún.
Draco bajó los escalones de dos en dos y miró a su alrededor, asegurándose de que Antoine no estuviese cerca.
—¿Por qué me ocultaste algo así, Jules?
—No te lo oculté. Simplemente no creí necesario decírtelo. No eres el padre del bebé, no te incumbe.
Jules continuó leyendo el libro muggle al que se había enganchado e ignoró a Draco cuando él se sentó a su lado.
—Felicidades entonces. Lo digo en serio, yo... espero que todo salga bien y puedas disfrutar de tu bebé.
—Gracias, Draco.
El rubio suspiró y asintió.
—Scorpius y yo volveremos a Inglaterra cuando finalice el verano. Tú y yo seguiremos en contacto por Isabella, espero poder visitarla al menos una vez al año, pero eso será todo.
—¿Entonces reconoces que viniste a Francia no sólo por nuestra hija?
—Claro que lo reconozco, Jules. Engañarte fue el peor error que he podido cometer, y abandonarte ha sido mi maldición constante. Yo de verdad esperaba que tuviésemos una nueva oportunidad.
—Lo siento, Draco, pero no puedo darte lo que buscas. Te amo y siempre lo haré, no lo niego, pero también amo a mi esposo con una intensidad que no te imaginas, amo la familia que formamos y no voy a renunciar a él. Merezco ser feliz.
—Lo entiendo. Me duele, pero lo entiendo. Te deseo toda la felicidad del mundo, Jules. Sé que Antoine te dará lo que yo te negué.
Jules sonrió agradecida y le tomó la mano con cariño. Los ojos de Draco se llenaron de lágrimas, entendiendo que aquel gesto sería la única caricia que recibiría de Jules.
Pero... ¿cómo conformarse con tan poco cuando él la amaba tanto?
¿Cómo resignarse a perder un amor que seguía sintiendo tan vivo como siempre?
•
Luego de aquella conversación, Draco se mantuvo aparte. Se dedicó a sus hijos, a los dos por igual y rápidamente desarrolló una fuerte conexión con Isabella. Scorpius, por otro lado, no sólo se volvió inseparable con su hermana, sino también con Jules. Y no sólo Draco había notado eso, sino también Antoine.
Una tarde, cuando Draco llevaba dos meses en Francia, Antoine llegó a su casa luego del trabajo y escuchó risas desde la cocina. Cuando entró, vio una escena que lo hizo dudar de su lugar en la familia:
Jules llevaba un delantal y el cabello tomado, su vientre con cuatro meses de embarazo ya se notaba levemente. Además, tenía harina en la nariz y en la ropa, pero no era la única: Isabella y Scorpius decoraban las galletas recién horneadas con glaseado de vainilla y chocolate, tenían manchada la cara, las manos y la ropa, y finalmente Draco, que reía ayudando a sus hijos, no estaba más limpio que ellos.
Parecían la familia perfecta.
Una familia de la que Antoine obviamente no era parte.
—¡Cariño, has llegado temprano, aún estamos decorando las galletas! —exclamó Jules, acercándose y dándole un casto beso a Antoine. Él se obligó a sonreír, pretendiendo que aquella escena no le resultaba incómoda en lo absoluto.
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One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1
Fanfiction¡OneShots y mini series de diferentes personajes de la saga de Harry Potter! Las distintas historias de este libro cuentan con protagonistas con nombres específicos; no utilizo "(T/N)" ni "_____". #42 - historiacorta 07/Nov/2019 Todos los derechos a...