FRED
Alena mira con recelo la decoración del Gran Comedor cuando entramos. Las calabazas flotan sobre nuestras cabezas, iluminando junto a cientos de velas; de las paredes cuelgan telas de arañas y en las mesas el banquete consiste principalmente en dulces y pasteles con temática de celebración de noche de brujas.
Sé que no le gusta porque esta noche, hace exactamente catorce años, sus padres fueron asesinados por Lord Voldemort. Es una fecha que más que alegrarla la entristece, y simplemente odio verla triste.
—Creo que será mejor si vuelvo a mi habitación... —intenta voltearse, pero Hermione le toma un brazo y la insta a seguir caminando.
—Vamos —la apremia Harry, su hermano.
—Es que...
—¡Vamos, Alena! Mira la cantidad de dulces y delicias que esperan ser devoradas —ese es Ron, intentando convencerla y desviando su atención a la comida.
—Bien, vamos.
Ellos avanzan y yo me quedo mirándola más de lo normal, parado como idiota en la entrada del Gran Comedor, hasta que George me da un codazo.
—Espabila, señor enamorado. Estás siendo demasiado obvio.
—Tu calla. ¿Está todo listo en...?
—Sí, hermanito. Todo listo y bonito. Incluso dejé unas mantas y almohadas por si las cosas entre ustedes se ponen más atrevidas de lo normal y terminan...
—No seas estúpido, yo la respeto.
George ríe y me alejo antes de que pueda seguirme molestando. Tomo asiento frente a Alena en la mesa de Gryffindor y le dedico una gran sonrisa que ella me devuelve con timidez al mismo tiempo que toma un trozo de tarta de calabaza.
No entiendo su extraño comportamiento conmigo. Alena es una chica preciosa, con un cabello azabache liso y brillante, y unos despampanantes ojos verdes que parecen perforarte el alma cada vez que te mira; es alegre, divertida, inteligente y con una capacidad increíble de meterse en problemas. Pero la mayor parte del tiempo conmigo es tímida, retraída y me hace preguntarme si ella me tiene miedo.
Siempre ha sido así, desde que la conocí.
Y me gusta. Me encanta toda ella, y es esa rara forma que tiene de comportarse conmigo lo que me hace evitar hablarle sobre mis sentimientos.
Pero esta noche será diferente.
Esta noche le diré a Alena Potter que me tiene, que soy un imbécil terriblemente enamorado de ella y que puede hacer conmigo lo que mejor le plazca.
La cena termina y no se me pasa desapercibido que ella apenas se ha comido el trozo de tarta y ha bebido un poco de jugo. Su expresión es nostálgica y distante. Esta noche siempre le ha afectado incluso más que a Harry.
—Alena —tomo su brazo cuando salimos del Gran Comedor de vuelta a la sala común, y ella me sonríe esperando a que hable. Harry nos mira con los ojos entrecerrados y suelta un gruñido cuando George lo insta a seguir caminando y dejarnos solos; le debo una a George—. Yo... ¿puedes venir conmigo un momento?
—Claro.
Tomo su mano y noto que sus mejillas se sonrojan. Camino en dirección a la salida del castillo y ella se detiene.
—Es tarde, Fred. ¿A dónde vamos? —me mira a través de sus pestañas y mueve uno de sus pies con nerviosismo.
—¿Confías en mí?
—Sí.
—Entonces déjate llevar. Confía.
Ella asiente, aún con la duda plasmada en su rostro, pero comienza a caminar a mi lado y salimos del castillo en dirección a los jardines. Sin soltar nuestras manos.
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One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1
Fanfiction¡OneShots y mini series de diferentes personajes de la saga de Harry Potter! Las distintas historias de este libro cuentan con protagonistas con nombres específicos; no utilizo "(T/N)" ni "_____". #42 - historiacorta 07/Nov/2019 Todos los derechos a...