One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1

46- Fred Weasley

Picarón

CAROLINA

—Esto es una mala idea... ¡muy mala!

—Caro, cállate —ríe George bajando las escaleras de dos en dos.

—¡Es que no va a resultar! —exclamo mientras los sigo.

Fred se detiene abruptamente y se voltea para sujetar mi cintura. Quedo de pie un escalón más arriba que él, y aún así me supera en altura.

—Sí resultará —dice besando la punta de mi nariz, esbozando esa sonrisa traviesa tan característica que tiene—. ¿Sabes por qué?

—No, no lo sé.

—Primero, porque tú hiciste la poción. Y segundo, porque es una idea tan simple que de seguro Dumbledore no la espera.

Fred y George continúan corriendo escaleras abajo y Lee me apresura para seguirlos.

—Vamos, Caro. Quiero ver cómo acaba esto.

Llegamos al vestíbulo donde se acumula un montón de gente alrededor del cáliz de fuego. Muchos alumnos se han pasado el día entero en este lugar, pendientes de los que se acercan a dejar sus nombres en el cáliz, y ahora miran con diversión y admiración a Fred y George.

—Lo haremos —dice George.

—Vamos a hacerlo —agrega Fred.

—No va a funcionar —dice Hermione sin despegar los ojos de su libro. No quisieron hacerme caso, espero que a ella la escuchen. Estoy bastante preocupada sobre lo que podría pasarles si cruzan esa línea.

—¿Por qué no? —pregunta Fred.

—Porque el cáliz está rodeado por una línea de edad que el mismísimo Dumbledore dibujó. No podrán engañarlo con simples pociones.

—Oh, es que esa es la clave, querida Hermione —dice George—. Es una idea tan simple que de seguro la línea de edad sólo está preparada para enfrentar hechizos mucho más elaborados.

Ambos se ponen de pie sobre una banca y beben la poción cruzando los brazos, brindando juntos. Luego saltan hacia el círculo de edad y lo logran.

Idiotas, no puedo creer que resultó.

Comienzo a reír cuando los papeles con sus nombres caen en el cáliz, pero dos segundos después son expulsados con velocidad, y una pequeña explosión se produce, asustándonos a todos.

Fred y George son expulsados del círculo y caen a varios metros de distancia. Pero... ¡demonios! Ya no lucen como antes, sino que tienen el cabello más largo y blanco, igual que largas barbas como la de Dumbledore.

Guau, ahora ambos son viejos.

—¡Te dije que era una mala idea! —exclama Fred lanzándose contra George.

—¡Yo te lo dije y tú no hiciste caso! —ambos ruedan por el suelo golpeándose y sé que debería separarlos, pero no puedo evitar reír a carcajadas junto a Lee y los demás.

—Tú dijiste que funcionaría...

—¡Estúpido!

—Hay dos alumnos más en la enfermería, en las mismas condiciones  —dice la voz risueña de Dumbledore desde la entrada del vestíbulo; se nota que la nueva condición de los gemelos le causa gracia—. Aunque admito que las barbas de ustedes me gustan mucho más.

Fred y George se ponen de pie un poco enojados y caminan hacia la enfermería sin mirar a nadie. Dejo las risas atrás y decido seguirlos mientras los escucho seguir discutiendo.