One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1

36- Draco Malfoy

Aclaración: Este es el capítulo 01 de una mini serie que ya había publicado en un libro aparte acá en Wattpad hace unos meses. La quité porque mi intención era editarla, agregarle más cosas y profundizar más en los personajes como lo estoy haciendo con "Finge que me quieres", pero por temas de tiempo no podré hacerlo al menos durante este año. Una lectora me pidió con mucha insistencia que la publicara de nuevo porque le había gustado, así que decidí volver a subir los capítulos dado que no tengo tiempo para editarlos como hubiese querido. 

Si ya la leyeron y no les interesa recordar la historia de Draco y Jules, simplemente esperen al siguiente one shot.

¡Ah! Y por favor lean a nota que dejé al final, es importante.

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EN BUSCA DE LA FELICIDAD

01

—¿Qu... qué estás...? Draco, ¿qué...? —tartamudeó Jules soltando una risa nerviosa, no podía creer lo que el rubio le decía.

—De verdad lo siento, Jules —murmuró Draco sin verla a los ojos.

Draco acababa de decirle a Jules, su novia desde hacía años, que sus padres habían arreglado un matrimonio con los Greengrass, y que debía casarse con Astoria lo antes posible. 

Eso no le sorprendía a Jules, ya que siempre supo que Lucius y Narcissa la odiaban por ser hija de muggles; lo que sí la sorprendía era que Draco había aceptado aquel compromiso como si nada, y ahora estaba rompiendo con ella.

—Espera... ¿en serio vas a...? Draco, no puedes dejarme porque...

—Es lo mejor —la interrumpió Draco con los ojos llenos de lágrimas—. Es lo mejor y lo sabes. Han pasado siete años desde que terminó la guerra y mis padres siguen sin aceptar nuestra relación, Jules, siempre buscarán la forma de separarnos y no quiero que nuestros hijos crezcan viendo cómo los miembros de su familia se odian.

"Nuestros hijos", pensó Jules.

—No, escucha, Draco, hay algo que debo decirte —murmuró ella acomodándose un mechón castaño tras la oreja con las manos temblorosas.

—No, cariño por favor escúchame tú a mí y no lo hagas más difícil —volvió a interrumpirla—. Eres el amor de mi vida, nunca dudes eso. Eres la mujer con quien encantado habría formado una familia...

—¡Entonces hagámoslo! ¡Formemos una familia y que tus padres se vayan a la mierda!

—Gracias por creer en mí cuando nadie más lo hizo, linda —Jules comenzó a llorar al escucharlo—. Gracias por estar a mi lado cuando más te necesité...

—¡No me des las gracias como si estuvieras despidiéndote! —exclamó ella.

—Jules, por favor, mereces ser feliz...

—¡Soy feliz contigo! —desesperada, Jules tomó la cara de Draco entre sus manos y le dió un rápido beso—. Soy inmensamente felíz contigo. Sé que los últimos meses no han sido todo dicha y alegría entre nosotros, no después de enterarnos que yo no... Pero lo superaremos; luchemos por nuestro amor, Draco, ¡por favor!

—Esto es más grande que nuestro amor —dijo el rubio apartándose de su lado.

—¿A qué te refieres?

Draco cerró los ojos y suspiró antes de contestar:

—Desde que nos enteramos que no puedes tener hijos, yo...

—Sí, sobre eso quería hablarte en la cena de hoy...

—Por favor no me interrumpas, Jules, esto es malditamente importante. Como te decía, yo... Bueno, cuando visitaste a tus padres estuviste un mes en el extranjero, y...

—¿Y?

—Me sentí solo... —Draco hizo una pausa.

—¿Y? —insistió Jules con impaciencia.

—Astoria está embarazada.

Jules sintió su corazón romperse aquella noche por segunda vez en menos de diez minutos. El dolor, la decepción y la sorpresa eran tan grandes, que casi podía oír su pecho crujir. Draco acababa de lanzarle una bomba nuclear a sus atormentados sentimientos.

—¿Q... qué dijiste?

—Sólo ocurrió una vez, te lo juro —se apresuró a explicar el rubio—. Pero no nos cuidamos, y... Mira, sé que cometí un error, el punto es que ella ahora tiene dos meses de embarazo —la sonrisa de Draco al decir esas palabras, provocó que Jules se sintiera como atravesada por un cuchillo—. Seré papá, Jules. Algo que tú y yo nunca habríamos logrado...

—Es por eso que estás de acuerdo con el compromiso —dijo ella. De pronto ya no sentía ganas de llorar; la rabia y la tristeza eran tan grandes que no podía expresar ninguna. Se sentía... bloqueada.

—Sí. No amo a Astoria, pero sí al bebé que viene en camino.

—Pero Draco, yo también...

—Ya tomé mi decisión. Estos años contigo han sido los mejores, pero es tiempo de que cada uno busque su felicidad en otro lado; la mía es con mi hijo.

Jules se dejó caer en el sillón completamente destrozada. Silenciosas lágrimas surcaban sus mejillas y frente a ella descansaba la cena intacta sobre la mesa, que había preparado con tanto esmero esa noche.

Esa noche iba a ser especial y sin duda lo fué, pero no de la forma que ella esperaba.

—No tienes que dejar esta casa —dijo Draco tras un silencio cargado de tensión—. Yo me quedaré con mis padres —y se marchó, sin saber lo mucho que se arrepentiría después.

.

Esa misma noche, Jules hizo sus maletas entre lágrimas y sollozos cargados de desesperanza.

—Vámonos, bebé —susurró acariciando su vientre, con apenas un mes y medio de embarazo—. Papá ya encontró su felicidad. Es tiempo de buscar la nuestra. 

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Nota de la autora: Con los días iré publicando los siguientes capítulos. No son más de siete, creo, así que la historia terminará rápido. 

Y para quienes me pidieron un OS de Teddy Lupin, sí, estoy escribiendo uno. Espero publicarlo durante la semana.

Ahora... sé que les debo la actualización de "Mi mejor travesura", NO HE OLVIDADO LA HISTORIA. Si no he publicado un nuevo capítulo, es porque no he podido. Estoy en el proceso de entrar por segunda vez a la universidad, debo irme a otra cuidad a estudiar y la verdad es que estoy completamente estresada entre buscar un departamento para arrendar y otras cosas que quienes ya van a la universidad seguro imaginan. 

Así que sólo les pido paciencia. Sé que es fome cuando los escritores demoran en actualizar -porque yo también soy lectora y me muero de ansias por tener nuevas actualizaciones de las historias que leo-, sólo recuerden que nunca dejo mis historias a medias, siempre las termino y esta vez no será la excepción. 

¡Abrazos!