18- Draco Malfoy

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Un reencuentro inesperado

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Aquel otoño se había adelantado. La mayoría de las personas que recorría la estación esa mañana llevaba abrigos, pues estaba muy helado para ser uno de los últimos días de verano.

Scorpius estaba muy nervioso, se mordía el labio y miraba hacia todos lados, preguntándose cual de todos esos niños que se despedían de sus padres llegaría a ser su amigo.

Astoria le acomodó el traje y le besó la frente.

—No quiero ir —murmuró el niño, asustado.

—Todo estará bien, campeón —le dijo Draco tomándole el hombro y mirándolo con orgullo—. Tú tranquilo, ya verás que encontrarás rápidamente a alguien con quien compartir.

—¿Y si no? —insistió Scorpius.

—Mira —dijo Astoria abriendo su cartera y sacando una bolsa de golosinas—, cuando encuentres a alguien que te agrade, ofrécele golosinas, ya verás que se hacen amigos.

Scorpius se guardó la bolsita en los bolsillos de su traje y continuó recibiendo los consejos de su madre.

Draco miró a su alrededor distraídamente, y ahí fué cuando la vió: Hannah Peverell.

Ella seguía prácticamente igual, con el mismo cabello negro azabache, aunque lo llevaba un poco más corto en comparación a la última vez que la vió; ojos azules profundos y brillantes, y una sonrisa encantadora... Una sonrisa que lo había enamorado hacía tantos años atrás.

Draco vió que Hannah no estaba sola sino junto a su primo Harry Potter, su esposa Ginny y sus amigos Hermione Granger y Ron Weasley, además de sus hijos. Pero lo que verdaderamente le llamó la atención, fué que había una niña rubia junto a ella, a quien abrazaba con emoción.

Así que sin darse cuenta, comenzó a acercarse.

—Prométanme que van a portarse bien ustedes dos —dijo Harry Potter mirando a su hijo Albus y a su ahijada April—. Ya tengo suficiente con todas las quejas que recibo de James.

—¿Qué pasa conmigo? —preguntó el aludido con una sonrisa, intentando escapar de los brazos de Ginny.

—Sí, papá. Sabes que no somos tan revoltosos como James —dijo Albus con aburrimiento.

—No te preocupes, padrino. No es como si lleváramos artículos de bromas que nos obsequió el tío George —agregó April soltando una risita.

—¡Ya nos exhibiste! —la regañó Albus.

—Así que artículos de broma obsequiados por George —dijo Hannah mirando a su hija con reproche—. No quiero recibir quejas tuyas, April, te lo advierto.

—No, mamá, tranquila. Me aseguraré de que no te lleguen las cartas de la directora.

—¡April!

—¡Sólo estoy bromeando, mamá! -exclamó la pequeña rubia de once años sin dejar de reír. Hannah suspiró con resignación y abrazó a su hija por tercera vez.

—Voy a extrañarte mucho, bebé. Nos dejarás solos a Teddy y a mí en casa.

—Lo sé. Padrino, ¿pueden mamá y Teddy irse a vivir contigo? —le preguntó April a Harry con los ojos llenos de lágrimas.

—Claro que sí, pequeña. Somos vecinos, así que sólo tendrán que atravesar el jardín. ¿Verdad, Han?

—Sí, Harry. Teddy y yo nos iremos a vivir con ustedes —dijo Hannah guiñándole un ojo.

—Tu madre tiene a Jake, April —dijo Ginny—. No se sentirá sola.

April hizo una desagradable mueca y se cruzó de brazos.

—Jake y yo sólo somos amigos —aclaró Hannah con un leve sonrojo.

—Pues más te vale, mamá, porque no me agrada. Es demasiado perfecto —los adultos se echaron a reír—. ¡Es en serio! No me da buena espina con esa cara tan perfecta que tiene. Así que no intentes ponérmelo de padrastro, mamá, porque...

—¡April!

—Ya, ya, me callo.

—Deberíamos subir al tren —dijo Rose, que ya llevaba puesta su túnica de Hogwarts—, los compartimentos están llenándose.

—Sí, Rose tiene razón —dijo Harry.

—Mamá, ¿quién es él? —le preguntó April a Hannah al ver a un hombre rubio y de barba a tan sólo un metro de ellas, mirándolas fijamente—. ¿Mamá...?

Hannah no respondió, ya que se había quedado prácticamente congelada al ver a Draco frente a ella luego de tantos años.

Y seguía igual de guapo...

Con su cabello rubio, tan rubio como el de April, y sus ojos grises, iguales a como los recordaba.

—"¿Mamá...?" —repitió Draco, pasando su mirada desde la niña a Hannah.

—Se parece a April, ¿verdad? —le cuchicheó Lily a Hugo, e inmediatamente Hermione los hizo callar.

—Malfoy —dijo Harry adelantándose, al ver que su prima se había quedado muda.

—Malfoy, ¿qué se te ofrece? —le siguió Ron, dedicándole una mirada de pocos amigos al igual que Harry.

—Hum... yo, uh... —Draco se aclaró la garganta sin dejar de mirar a Hannah y a April—. Ve... venía a... a saludar... —le extendió torpemente la mano a Hannah, que sólo se la estrechó por educación al estar su hija presente—. ¿Cómo has estado?

—Bien —contestó la pelinegra sin sonreír, y se sorprendió de lo tranquila y fría que sonó su voz, ya que en su interior estaba que explotaba de rabia. ¿Cómo se atrevía Draco a acercarse luego de todo lo que había pasado... luego de todo lo que había hecho?

—¿Y... quién es ella? —preguntó Draco mirando a April.

—Mi hija —dijo Hannah tomando el hombro de April y apegándola a su lado.

—Yo soy April. April Peverell —dijo la pequeña estrechándole la mano a Draco con curiosidad. El rubio sonrió. April era la viva imagen de Hannah a los once años, con sus mismos ojos azules, pero no tenía el cabello negro sino rubio, como él y Scorpius.

—No sabía que tenías una hija, Hannah...

—¿Por qué tendrías que saberlo? —le espetó ella.

—Bueno, yo... —Draco se vió interrumpido por la última llamada del tren, que se escuchó por toda la estación y los alumnos se apresuraron a subir.

Hannah abrazó una vez más a April y prácticamente la empujó para que subiera al tren, sin contestar las preguntas que le hacía su hija con respecto a "ese señor".

—¡Adiós, los queremos! —gritó Ginny cerrando la puerta del tren.

Hannah vió que Draco y su esposa se despedían de su hijo, que había subido al tren por otra puerta.

—No sabía que su hijo tenía la misma edad de April —murmuró Ron.

—Yo sí —dijo Hannah con voz queda. ¿Por qué no lo recordó antes? Hubiese estado un tanto más preparada para un posible encuentro.

Hannah y Harry despidieron con la mano a sus hijos hasta que el tren se perdió en la curva. Luego se devolvieron por la estación y cuando Hannah miró hacia atrás esperando que todo hubiese sido mentira, se encontró la mirada de Draco sobre ella.

Al parecer, había llegado la hora de hablar. 

One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora