One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1

24- Draco Malfoy

Mini serie, JUNTOS

Capítulo 01

DRACO

Me siento agotado... pero no tengo sueño. No es cansancio físico lo que me afecta; si fuera así, me bastaría con una buena noche de descanso y quedaría como nuevo.

No.

El cansancio que siento es mental, psicológico.

¿Hasta cuándo podré aguantar? La Marca Tenebrosa arde y quema en mi antebrazo... Estoy contra el tiempo y sólo quiero que esta maldita pesadilla termine. Quiero despertar y que todo vuelva a ser como antes, que mi padre salga de prisión, que mi madre no llore cuando piensa que no la veo, que Bellatrix se marche de mi casa, que él desaparezca...

Necesito que mi vida vuelva a ser fácil como antes. 

Pero no. Ahora tengo una misión...

Tengo un objetivo, y para lograrlo debo convertirme en algo que me causa repulsión... Un asesino...

De pronto, siento ganas de vomitar. Trago en seco alejando las náuseas y me enfoco en subir rápidamente las escaleras que me llevan a lo alto de la torre de astronomía, el único lugar en el castillo donde puedo sentirme libre admirando la vista y a la vez más atrapado que nunca, ya que no puedo salir de allí; el único lugar donde mi mente se despeja gracias al frío aire del invierno y me permito soñar con que algún día todo acabará.

Porque las horas que paso en la sala Multipropósito me consumen.

Ese armario...

Ese maldito armario... 

Al llegar a lo alto de la torre, mi intención es sentarme en el barandal y admirar los oscuros alrededores del castillo. Sin embargo, algo me lo impide.

O mejor dicho... alguien. 

Hay una chica arrodillada en medio de la superficie. Su cabello castaño cae libre y levemente ondulado sobre su espalda. 

Helena. 

Reconocería ese hermoso cabello donde sea. Sus manos están hechas puños contra el suelo, y recién entonces me doy cuenta de que sus hombros suben y bajan con velocidad. No está respirando normalmente. 

Oh, no. 

—¿Helena? —no responde. 

Me acerco corriendo y me agacho frente a ella. Sus hermosos ojos azules están muy abiertos, llenos de lágrimas y sus pupilas están dilatadas; sus pálidas mejillas están brillantes por las lágrimas ya derramadas; tiene la boca entreabierta, intentando capturar el aire que no llega a sus pulmones. 

—Lena, estás teniendo un ataque de pánico, sólo respira, ¿si? —le digo tomando sus hombros.

Sus manos dejan el suelo para aferrarse a mi traje. Aprieta la tela tan fuerte que la arruga, pero no puede importarme menos. Su respiración es demasiado irregular y sé que si no logro tranquilizarla pronto, se desmayará. 

—Lena, tienes que escucharme, sólo es otro ataque, sabes lo que debes hacer. Respira conmigo... respira conmigo... Uno... —inhalo profundamente y luego exhalo, indicándole qué tiene que hacer, pues sé que en éstos momentos su mente está bloqueada—. Linda, respira, tú puedes... Dos... —no está funcionando, Helena está tensa y tiembla de pies a cabeza—. Lena, concéntrate, tú puedes... amor... —a la mención de esa palabra, la chica frente a mí me mira directamente a los ojos por primera vez y junto mi frente con la suya—. Respira conmigo, amor... Uno... Dos... Tres...