12- Scorpius Malfoy

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Palomitas

Me encuentro sentada en uno de los cómodos sillones de mi sala común empezando -o más bien intentando empezar- un ensayo de Historia de la Magia que el profesor Binns nos ha encargado hoy. Tengo junto a mí un bol lleno de palomitas que acabo de ir a buscar a las cocinas, junto a un vaso de jugo de calabaza.

Estoy tan concentrada en empezar la introducción del ensayo, que no me doy cuenta de que mi mejor amigo ha entrado en la sala común y lleva varios minutos observándome.

—Si no durmieras tanto en la clase, tal vez sabrías cómo empezar —dice Scorpius divertido, sentándose a mi lado.

Sonrío de inmediato al escuchar su voz, y mis pupilas se dilatan cuando lo miro; esos ojos grises, fríos pero hermosos, que combinan perfectamente con su cabello rubio platinado y su porte elegante. Todo un Malfoy.

—No es mi culpa que el profesor sea un fantasma aburrido —me defiendo sin dejar de sonreír. Scorpius me sonríe de vuelta y frunce el ceño al ver el bol de palomitas.

—¿Qué son esas?

—Palomitas de maíz. Es una comida muggle muy rica, y le pedí a uno de los elfos de la cocina que preparara un poco. Generalmente se come a la hora de ver películas.

Scorpius toma un puñado y se las mete a la boca.

—¿Te gustan?

—Mm... no... —responde mientras mastica.

—¡Son ricas!

—No, son malas —dice el rubio tomando otro puñado y volviendo a comer.

—¿Ah, sí?

—Sí —insiste Scorpius llevándose el tercer puñado a la boca—. Es lo peor que he probado.

—¿Y entonces por qué no dejas de comer? —pregunto divertida.

—Me estoy sacrificando.

Suelto una carcajada y Scorpius se une a mi risa. Lo miro. Nos miramos, e inevitablemente un escalofrío estremece mi cuerpo, mi mejor amigo es increíblemente guapo... Cierra sus ojos y deja caer su cabeza sobre uno de mis hombros.

—Estoy cansado —susurra volviendo a comer palomitas.

—¿Dónde estabas a ésta hora? —pregunto. Recién entonces me doy cuenta de lo tarde que es. Ya no hay nadie en la sala común, sólo Scorpius y yo.

—Uhm... Hablaba con Rose.

Inmediatamente siento una punzada en mi pecho. Me gusta Scorpius desde que nos conocimos a los once años; nunca lo juzgué por su apellido como lo hicieron los demás, mientras otros lo molestaban diciendo que era hijo de Voldemort o simplemente por ser hijo de un mortífago, yo me mantuve a su lado. Sin embargo, él nunca me ha visto como más que una amiga y eso lo tengo claro. No puedo evitar sentirme mal cada vez que habla de Rose. Ella lo detestó por años, incluso lo trató mal más de una vez y lo ignoró. Ahora, en nuestro último año en Hogwarts, han comenzado a hablar y yo, obviamente, siento celos. Tampoco es culpa suya, ni de Rose, ya que soy yo la cobarde que no se atreve a confesar lo que siente, ¿por qué? Porque sé que me rechazará.
¿Por qué no puede verme de la forma en que yo lo veo a él?

—¿Estás bien? —la voz de Scorpius se escucha lejana. Soy consciente de que mis ojos están llenándose de lágrimas y no quiero que mi amigo me vea así, o que descubra lo que siento por él, así que sonrío y asiento.

—Sí, estoy bie...

No alcanzo a terminar la frase, ya que Scorpius me lanza una palomita directo en la boca.

One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora