One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1

28- Draco Malfoy 🎄ESPECIAL DE NAVIDAD🎄

Amores del pasado, presente y futuro

JUNE

Aquella noche me había costado conciliar el sueño, más de lo normal. Es por eso que cuando sentí unos golpes repetitivos en mi cabeza solté un gruñido e intenté meter la cabeza bajo la almohada. 

No lo logré.

Lo que sea que me había despertado tiraba uno de los mechones de mi cabello no de forma fuerte, pero sí molesto. Abrí los ojos con enojo y los primeros segundos no logré ver nada, pero cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad de la habitación, logré divisar un brazo... de papel.

¿Qué rayos...? 

El pequeño brazo de origami tiraba de mí instándome a salir de la cama, y al reconocer la figura, la seguí.

El brazo flotaba a medida que cruzábamos la habitación hacia el pasillo. El suelo de mármol se sentía frío bajo mis pies, y me sentí idiota por no ponerme una túnica encima. 

Pero olvidé el frío en cuanto entré en la sala común de Slytherin y me encontré con un pequeño camino de flores, también de papel, que me guiaron directo al gran árbol de navidad junto a la chimenea.

Bajo el árbol, había un solo regalo. Una cajita azul con una cinta violeta.

Me agaché y miré la pequeña etiqueta que había sobre la cinta:

Para la chica más fuerte y preciosa que conozco.

Feliz navidad, June.

Siempre tuyo, Draco.

De inmediato una boba sonrisa se dibujó en mi rostro.

Abrí la cajita, encontrándome un precioso reloj de oro con pequeñas esmeraldas incrustadas a su alrededor. Reí, porque sólo Draco sabía que quería un reloj de esos, pero nunca había tenido el dinero suficiente como para comprarme uno.

—No fuiste al banquete de navidad —dijo una voz a mis espaldas, arrastrando las palabras.

Me volteé y vi a Draco de pie bajo la tenue luz que se colaba por la ventana de la sala. Llevaba el cabello revuelto y pijamas con estampados de escobas. Reí por su atuendo, y sus pálidas mejillas adoptaron un tono levemente rosado.

—Te ves adorable.

—No te burles, tu pijama tiene corazones.

—¿Qué haces despierto a esta hora, mejor amigo?

Un leve gesto de desagrado cruzó su rostro al escucharme llamarlo así, pero rápidamente se recompuso.

—Quería darte algo especial esta navidad. No saliste de tu habitación para ir al banquete, así que decidí despertarte.

—¿No pudiste esperar hasta mañana?

—No, June. Sabes que la paciencia no es mi don.

Sonreí y me acerqué a él caminando de vuelta por el camino de flores, hasta que quedamos frente a frente. 

—¿Te gustó el reloj?

—¿Bromeas? ¡Me encantó! Hace años que quería tener uno de estos... —me colgué de su cuello dándole un gran abrazo. Draco puso sus brazos alrededor de mi cintura y me levantó del suelo. 

Chillé de susto por la sorpresa y me aferré más a su cuerpo, él rió.

Y demás está mencionar lo cerca que quedaron nuestros rostros. Un leve sonido, como el silbido del viento, nos hizo alzar la mirada para ver varias hojas de muérdago bajar desde el techo, enredándose entre ellas hasta formar una corona sobre nuestras cabezas.