44.6- Draco Malfoy

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Capítulo largo. Disfrútenlo, voten y comenten.

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Rachel estaba a punto de dormirse cuando la puerta de la enfermería se abrió lentamente, y Draco entró con sigilo, rodeado de sombras.

—¡Hola! —dijo Rachel enderezándose en la cama—. ¿Por qué no habías venido? Llevo dos días aquí.

Intentó disimular el reproche en su voz, pero no lo logró.

Estuve un poco... ocupado —dijo Draco.

—¿Ocupado?

Draco suspiró y se sentó en la cama, a su lado. La besó por largos segundos, acariciándole la mejilla y la cintura, y cuando se apartaron Rachel notó con extrañeza que los ojos de él estaban llenos de lágrimas.

Rubio, ¿qué pasa?

Le acarició la mejilla, y Draco pareció derretirse ante su tacto. Recostó la cabeza en el hombro de Rachel aspirando su aroma, disfrutando sus últimos momentos juntos.

—Fuiste envenenada, Rachel. Casi te mueres...

—Pero ya estoy bien. Bueno, sigo un poco débil, pero en unos días Madame Pomfrey me dejará volver a clases. Todo volverá a ser como antes, y tu y yo podremos seguir viéndonos por ahí. 

Draco se enderezó y le sonrió con tristeza.

—¿Crees que algún día toda esta mierda termine?

—Sí —dijo la pelirroja convencida—, y cuando eso pase tu y yo dejaremos de escondernos. Puede que nos cueste acabar con todo el mal, pero lo haremos. Tú superarás lo que te ocurre, y del Innombrable no te quedará ni siquiera esa marca en el brazo.

—¿Por qué me tienes tanta fe? ¿Por qué piensas que no soy malo?

—Porque te amo —dijo Rachel con decisión.

—Te amo —dijo él por primera vez, provocando que Rachel sonriera como nunca.

Volvieron a besarse, pero de pronto Rachel sintió la punta de la varita de Draco presionando sobre su frente.

—Draco, ¿qué hac...?

—Es lo mejor, Rachel. Cuando todo acabe volverás a recordarme.

Su vista se volvió borrosa , pero alcanzó a reconocer la silueta de cierta chica castaña en la puerta de la enfermería, observándolos.

.

Cuando Rachel reaccionó, no se movió de inmediato. 

Tampoco abrió los ojos. Porque la luz que pasaba a través de sus párpados le molestaba.

Le dolía mucho la cabeza, aún se sentía mareada y desorientada. Reconoció que estaba en una cama dura, probablemente en la enfermería. Así que se hizo un ovillo bajo las sábanas, se aferró a ellas y suspiró, intentando ordenar sus pensamientos.

Recordaba todo lo de la noche anterior: la fiesta en la sala común, las bebidas, ella vagando por el castillo, Draco con una chica, el beso con el profesor, Draco apuntándola con su varita...

Y los recuerdos...

Sus recuerdos.

Ya no había agujeros en su mente. Todo calzaba. Ella y Draco. Draco y ella. Juntos, escondidos, compartiendo miradas y sonrisas discretas en los pasillos o salones de clases, besándose y tocándose sin detenimiento cuando estaban solos.

One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora