Valentine salió de su habitación cuando todas sus compañeras se quedaron dormidas. Se aferró a su túnica repeliendo el frío y se deslizó sigilosamente hacia la sala común. Cuando llegó, se escondió tras un sillón y no pasó ni siquiera un minuto, cuando su hermano salió desde el pasillo de las habitaciones de los varones hacia la puerta.
—¿A dónde vas? —preguntó Valentine. Luego de pensar muy bien las cosas, había decidido que tal vez lo mejor era hablar con Draco, en lugar de formar una alianza con un pelirrojo.
—Val, ¿qué haces despierta?
—Yo pregunté primero.
—A ningún lado. Vuelve a tu habitación.
Draco continuó caminando, pero Valentine lo alcanzó y le cortó el paso.
—Sé lo tuyo con esa chica. Con esa Weasley. ¿Tienes idea de lo que estás haciendo?
—¿Cómo...? Mierda, no importa. Mira, eres mi hermana y te amo, pero este es un tema mío.
—¿Y si nuestros padres se enteran? ¿Acaso ya olvidaste nuestras costumbres y todo lo que nos enseñaron?
Draco suspiró y movió la cabeza.
—No espero que lo entiendas —espetó, y se marchó.
Pero obviamente Valentine no iba a darse por vencida, e iba a salvar a su hermano de su propia destrucción. Así que lo siguió en silencio, y cuando vio que él se dirigía hacia la torre de astronomía, como siempre, ella caminó hacia el otro extremo del castillo y esperó a George junto a la estatua de una bruja tuerta; justo como él le había indicado.
El pelirrojo apareció de inmediato, desde una sala contigua.
—Te estabas tardando, ya creí que no vendrías.
—Estaba ocupada. Rápido, sígueme. Sé dónde están Draco y Rachel...
—Espera. Antes debemos planear lo que haremos. No podemos llegar junto a ellos y lanzarles un montón de bombas fétidas esperando que se separen y no vuelvan a verse.
—Pero...
—Valentine —pronunció su nombre en un susurro, con tanta delicadeza que pareció saborearlo—. Debemos hacer esto bien. Ahora sígueme.
Y por alguna razón, ya fuera por el simple curso del destino o por la excitación de una aventura inminente, ella lo siguió.
George rodeó la estatua y le golpeó la cabeza con la varita. De inmediato esta se deslizó, abriéndose y revelando un pequeño túnel por el que caía una persona.
Entraron al túnel y Valentine sacó su varita para iluminar. George comenzó a avanzar agachado, ya que su altura era mayor que la del techo del túnel.
—Aquí empiezan las escaleras, cuidado —anunció el pelirrojo.
Bajaron un buen trecho, podrían haber sido cien escalones, o doscientos. Valentine no los contó, pero le parecieron interminables. Luego el camino se volvió recto, incluso levemente empinado. Sin duda habían salido de los límites del colegio. Pero... ¿a dónde iban? ¿En qué iba a ayudarles aquel paseo?
—Llegamos —susurró George.
Se encontraron con el final del túnel. George estiró el brazo y deslizó una pesada placa de piedra. Luego se alzó y asomó la cabeza.
—No hay nadie. Subiré y luego te jalaré.
Así lo hizo, le dio el brazo a Valentine y ella saltó. Se encontraban en una bodega oscura, llena de cajas, pero con olor agradable y dulzón.
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One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1
Fanfiction¡OneShots y mini series de diferentes personajes de la saga de Harry Potter! Las distintas historias de este libro cuentan con protagonistas con nombres específicos; no utilizo "(T/N)" ni "_____". #42 - historiacorta 07/Nov/2019 Todos los derechos a...