One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1

42.1- ⚡ESPECIAL BATALLA DE HOGWARTS⚡

Segunda parte

Los Malfoy se libraron de Azkaban gracias al testimonio de Harry Potter. Habían tenido suerte, eran los únicos vinculados a Voldemort que no habían sido sentenciados a prisión, y en eso pensaba Neville a medida que caminaba por el antejardín de la mansión Malfoy.

¿Habrían cambiado algo durante el último mes?

¿Lo recibirían bien o lo echarían a patadas como un perro?

Bueno, Lucius y Narcisa poco le importaban. Él estaba allí por Leigh.

—¿Qué haces tú aquí? —exclamó Lucius Malfoy bajando las imponentes escaleras de mármol; Neville estaba absorto contemplando los lujos a su alrededor, y pegó un salto cuando lo escuchó.

—Buenas tardes. Vine a ver a Leigh.

—¿Y por qué?

—Lucius —exclamó Narcisa apareciendo tras él—. Compórtate.

Narcisa bajó las escaleras y se acercó a Neville dedicándole una leve sonrisa.

—Buenas tardes, señora Malfoy.

—Buenas tardes, Longbottom. Leigh acaba de salir al jardín, sígueme.

Salieron de la mansión por una puerta trasera y Neville se encontró frente a un amplio campo cubierto de césped verde y de distintas flores. 

Y en el medio se encontraba Leigh. Llevaba un vestido veraniego hasta sus rodillas, de color violeta, y su cabello azabache suelto, ondeándose con el viento. Para Neville lucía simplemente hermosa.

—Señora Malfoy, ¿puedo... llevar a Leigh a tomar un helado? Si ella quiere, claro.

—Por supuesto. Leigh ha estado muy triste desde que Draco se marchó, le hará bien distraerse un rato.

Narcisa volvió a la mansión y Neville avanzó por el jardín. Leigh se volteó cuando escuchó sus pasos y sonrió, acercándose de inmediato para darle un abrazo.

—Hola, Nev.

—Hola, Leigh. Luces triste.

La sonrisa de la chica se borró un poco y sacó un pequeño trozo de pergamino del bolsillo de su vestido.

—Es una carta de Draco, la recibí esta mañana. 

—Oh... ¿volverá?

—No, Neville. Sólo me pide disculpas por haberse ido sin despedirse. Dice que nunca quiso dejarme pero que necesitaba alejarse de todo este desastre. Está bien y tranquilo. Está con Sara y no piensan volver. ¿Qué acaso... acaso no nos extraña? Él y papá últimamente no se llevaban bien, pero... ¿y yo?

—Estoy seguro de que tu hermano te extraña mucho y le dolió alejarse, Leigh, pero debes entender que su vida y la tuya están destinadas a continuar caminos separados por naturaleza. Tienes derecho a tomar tus propias decisiones y llevar la vida que tú elijas, y él también. Si Malfoy decidió continuar lejos de aquí con la persona que ama, debes apoyarlo y hacerle saber que estás aquí dispuesta a recibirlo con un abrazo cuando él crea conveniente volver. 

—Es que... lo quiero tanto.

—La distancia arruina sentimientos sólo si se lo permitimos, Leigh. Y por eso estoy aquí, porque llevo un mes deseando verte; ya no me basta con una carta por día.

Ambos sonrieron y se sonrojaron mirando el suelo. Aquel sentimiento era nuevo y puro para ellos. Sabían lo que sentían, y aún así querían ir muy despacio para no arruinarlo.

—Yo también te he extrañado, Nev. Me alegra que vinieras, aunque si no te molesta, me gustaría salir a otro lado. Últimamente la mansión se ha vuelto un poco aburrida.

Neville sonrió y le tomó la mano entrelazando sus dedos. 

—¿A dónde iremos? —preguntó Leigh acomodando su cabello con la mano que tenía libre.

—A comer un helado al callejón Diagon. Pero antes pasaremos por San Mungo, quiero que conozcas a alguien.

Rodearon la mansión y antes de que llegaran al antejardín, Leigh arrastró a Neville tras una columna y lo abrazó.

—Si sabes que no teníamos que escondernos para abrazarnos, ¿verdad? —rió Neville.

—Para abrazarnos no, pero sí para esto... —Leigh se puso de puntitas,  rodeó el cuello de Neville con sus brazos al mismo tiempo que él la sostenía de la cintura, y unieron sus labios en el beso más suave y dulce que pudo existir jamás. No fue el más coordinado ni bello; de hecho fue bastante torpe, pero para ambos fue perfecto y suficiente. Y definitivamente lo repetirían de nuevo.

—Te quiero, Leigh.

—Te quiero, Neville.

—Ahora sí, vamos. 

—¡Oye, Longbottom! —detuvieron su caminar al escuchar la voz de Lucius desde la mansión—. Prepara tu mejor traje para el domingo. Estás invitado a cenar. 

——————

¡Y aquí terminan estos Especiales!

Espero que les hayan gustado; si es así no olviden votar y dejar su bello comentario.

Nos leemos en el siguiente OS que será del guapo Newt Scamander.

¡Abrazos!