24.1- Draco Malfoy

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CAPÍTULO 2

HELENA

¿Se han despertado sintiéndose flotando sobre una nube? 

Pues eso es lo que siento ahora, en cuanto reacciono. De inmediato recuerdo los sucesos de la noche anterior, el motivo que desencadenó mi ataque de pánico, a Draco tranquilizándome, preocupándose por mí. Sin embargo, no abro los ojos de inmediato para continuar disfrutando por unos cuantos minutos más de sus brazos rodeando mi cintura y de la calidez de su cuerpo junto al mío. Se siente bien. Se siente... correcto. 

—Sé que estás despierta. 

Genial. Ese es Draco arruinando el momento. 

—Sí, lo estoy. 

Intento alejarme, pero él aprieta su agarre en mi cintura y voltea de tal modo que ahora es él quien está recostado sobre mi pecho, y no puedo evitar que mi mano vaya a su cabello para acariciarlo. 

—No me molesta, Lena. Podemos quedarnos así todo el día si quieres.  

Claro que quiero. 

Draco y yo nos conocemos desde que tengo memoria. Nuestras familias han sido amigas por generaciones, así que prácticamente crecimos juntos. Él y Theo desarrollaron una relación de mejores amigos, una lealtad de hermanos. En cambio Draco y yo... Bueno, siempre nos gustamos, y lejos de vernos el uno al otro como hermanos, eramos los amigos lindos que se gustaban y jugaban a ser novios a escondidas. 

A los seis años compartimos nuestro primer beso; fue una mezcla de babas y lenguas, incluso nuestras narices y ojos participaron. Para cualquiera que lo hubiese visto, habría sido el peor primer beso de la historia, pero para nosotros fue simplemente especial, inolvidable aunque un poco asqueroso. 

Fue el mejor primer beso de nuestra historia. 

Yo era su novia y él mi novio, aunque nadie debía enterarse o nuestros padres nos regalarían. El único que sabía, era Theo, que a pesar de no gustarle la idea de su mejor amigo besuqueándose con su hermana, guardaba el secreto. 

Tenía nueve años cuando murió mi madre. Siempre lo recordaré como el peor día de mi vida porque luego de verla decir sus últimas palabras y morir, sufrí mi primer ataque de pánico. 

Terminé hospitalizada en San Mungo por una semana, Theo estaba tan triste por la muerte de nuestra madre que apenas iba a verme, pero tía Narcisa llevaba a Draco todos los días al hospital, y el rubio se pasaba horas a mi lado sentado en la cama, leyéndome revistas de quidditch y hablándome del deporte mágico. 

Y así fuimos creciendo, y el amor infantil se transformó en algo más. 

Al entrar a Hogwarts nuestro lazo simplemente se estrechó, ya que ambos fuimos seleccionados a Slytherin y comenzamos a pasar mucho más tiempo juntos. Poco a poco nuestros padres se dieron cuenta de lo que ocurría, y obviamente aceptaron nuestra relación. 

Todo iba bien. 

Confiaba en Draco tanto como en Theo, y se convirtió en una de las tres personas más importantes de mi vida junto con mi hermano y mi padre. 

Juntos descubrimos que la amistad y el amor funcionan de la mano, nos hicimos adolescentes y también juntos exploramos nuestra sexualidad. Nuestra primera vez fue torpe, incómoda, pero fue juntos. Y eso fue todo lo que importó. Aprendimos de nuestros errores y con práctica mejoramos.  

Estando juntos, jamás miré a otro chico porque Draco era todo lo que necesitaba, todo lo que quería. 

Pero él no se sentía igual. 

One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora