36.1- Draco Malfoy

5.4K 412 119
                                    

*Capítulo editado.

—————

02

Aquella mañana, Draco se apareció en un callejón donde afortunadamente no había muggles cerca, y se acomodó muy bien la bufanda en el cuello porque hacía un frío del demonio. De inmediato comenzaron a sudarle las manos a causa de los nervios, y su corazón latía con mucha velocidad.

Pero eso no importaba, porque estaba ahí dispuesto a enmendar su error.

Caminó unas cuantas calles hasta que entró al vecindario en el que vivió por tantos años con Jules. Comenzó a ver los jardines conocidos, las fachadas vecinas, y estuvo a punto de sonreír cuando vio un antiguo gnomo en el antejardín de los Evans, quienes solían ser sus vecinos.

Pero el intento de sonrisa se quedó en eso, un intento, porque en el lugar donde debería estar la acogedora casita que él y Jules habían comprado, sólo quedaba una casucha abandonada y desvalijada, con los vidrios rotos y las paredes ralladas; el césped en el antejardín llegaba casi a los dos metros y podía comprobarse a simple vista que nadie había vivido allí en mucho tiempo.

Jules no estaba.

Y Draco sintió que su corazón daba un vuelco en su pecho a medida que reaccionaba.

—¿Draco? —el rubio se volteó al reconocer la voz de la señora Evans, que le sonreía desde el umbral de su puerta—. ¿Eres tú?

—Hola, señora Evans.

—Vaya, no has cambiado nada. Me alegra verte.

—¿Sabe...? ¿Sabe dónde está Jules?

—¿Jules? No, ella... ella se fué una noche. Hace más de un año que la ví salir llorando de la casa, arrastrando una maleta. Intenté detenerla y preguntarle qué le ocurría, pero ni siquiera se despidió y... no volví a verla, Draco.

El rubio soltó un suspiro de angustia mientras se preguntaba una y otra vez si podría volver al pasado para cambiar sus errores, para nunca abandonar a Jules. Pero ya era tarde, ella se había ido y quizás nunca volvería a encontrarla.

Felicidad.

¿Qué es la felicidad?

¿Es algo que se encuentra y se gana, para disfrutarla por siempre una vez que lo hacemos, o es sólo ese estado de ánimo que nos invade a ratos para luego abandonarnos, recordándonos lo frágiles que podemos ser?

"La felicidad se busca, Draco. En ésta vida nada es gratis. Si queremos ser felices debemos buscar y alcanzar lo que queremos y luego dejar que aquel sentimiento de satisfacción nos invada una vez superados todos los obstáculos..."

Aquella mañana, de pie frente a la ventana de su estudio y mirando los solitarios jardines de la mansión Malfoy, Draco recordaba las palabras de Jules como si recién la hubiese escuchado decirlas. Como si no hubiesen pasado años desde la última vez que la vió.

Jules... no tienes idea cuánto te extraño...

Sacó su billetera del bolsillo trasero de su pantalón, la abrió y tras remover una fotografía de su hijo Scorpius recién nacido, encontró la que en realidad quería ver: una de él y Jules riendo, abrazados y mirándose. La cámara había capturado aquel momento perfectamente, en los ojos de ambos había un brillo especial, se veía el amor que sentían por el otro. 

Fuí tan tonto... ¿En qué estaba pensando cuando te abandoné, Jules?

Draco se aclaró la garganta y se limpió las lágrimas. Lo único que conseguía recordando era ponerse triste y debatirse por lo imbécil que había sido. ¿En serio creyó que podría encontrar la felicidad en otra parte? ¿En serio creyó que podría reemplazar a Jules, luego de todo lo que habían vivido juntos a través de los años? Ella estuvo a su lado en sus momentos más oscuros; no se alejó de él en su sexto año en Hogwarts cuando le confesó que era un mortífago, no perdió la esperanza cuando él sólo creía que Voldemort lo mataría... Pero, años más tarde, cuando supieron que Jules sería incapaz de tener hijos, él la traicionó y había decidido marcharse con la primera mujer que le abrió las piernas.

One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora