One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1

47- Theo Nott

Nota: Este OS trata sobre  amor homosexual. Si no te gusta este contenido, simplemente espera una nueva actualización.

Para una mejor comprensión de esta historia, les aconsejo leer antes los OS-23 y OS-24. Además, pronto publicaré el final de la secuencia 24, así que vayan a releerla y recordar de qué se trata.

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THEO

Suspiro recordando la navidad pasada, mucho más feliz que esta. Helena y yo teníamos a papá, estábamos en nuestra casa y vivíamos una vida tranquila a pesar de que ya sabíamos del regreso del Señor Tenebroso.

Ahora todo es diferente. Estamos en una casa que no es nuestra, nuestro padre en prisión, tengo una marca maldita en el brazo y una tarea suicida por completar. ¿Cómo se supone que Draco y yo lograremos asesinar a Dumbledore? No somos asesinos. Y pese a que él y yo ya no somos los mejores amigos de antes por lo que le hizo a mi hermana, sé que Draco no sería capaz de algo así.

Y ni hablar de Luke...

¿Qué va a pensar de mí cuando sepa que soy un mortífago?

Salgo de mi habitación hacia la de Helena. Me he portado como la mierda con ella estos días y ella ni siquiera tiene la culpa. Hoy es navidad y ni siquiera tuve los ánimos de regalarle algo, así que creo que es tiempo de disculparme. Con un sólo abraso de Helena me bastará para pasar una noche tranquila.

—Draco... ¡oh...!

—¿Te gusta?

—Sí... aah, así...

¡¿Pero qué carajos?! No puedo creer que Draco y Helena decidieron reconciliarse justo esta noche. ¡Qué asco! 

Ignorando los gemidos y quejidos de ambos, me alejo por el pasillo y bajo las escaleras esperando no encontrarme a nadie. Necesito hablar con alguien y desahogarme.

Luke.

Tengo que ver a Luke.

.

Tan solo media hora después, logro llegar a la casa de Luke, que se encuentra bien camuflada en un vecindario muggle. Toco la puerta y segundos después, el señor Black la abre y me mira con el ceño fruncido. En el interior se escucha mucho ruido, como si hubiese mucha gente reunida.

—¿Theo? ¿Theo Nott?

Demonios, es tan parecido a Luke que asusta. 

—Buenas noches, señor Black. Sé que ya es tarde, pero... quisiera ver a Luke.

Es navidad, quizá no debí interrumpir un momento tan familiar.

—No sé si sea un buen momento, Theo. Estamos un poco... 

—¿Quién es, papá? —Luke aparece tras el señor Black y me mira sorprendido, aunque luego sonríe, toma mi túnica y me jala hacia el interior de la casa—. Theo, ven, entra. No te preocupes, papá. Yo lo atiendo.

Alegre, sigo a Luke. El señor Black cierra la puerta a nuestras espaldas y en la puerta de la cocina nos encontramos con la señora Black; tras ella se escuchan un montón de conversaciones.

—¡Theo! —me abraza sorprendida, pero sonríe—. ¿Está todo bien? ¿Qué haces aquí a estas horas? ¿Tienes frío? ¿Cenaste? ¿Quieres algo?

—Déjalo respirar, Dani —dice el señor Black.

—Yo no quería molestar, sólo... pasé a saludar.

—No molestas, hombre. Ven, vamos a mi habitación donde no hay tanto ruido —dice Luke subiendo las escaleras, y lo sigo.