18.6- Draco Malfoy

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Capítulo largo, (+5000 palabras). Recomendación: hágase un tecito, acuéstese, acurrúquese y lea con tranquilidad.  El final está un poco intenso.

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—No, hija...

—¡No me llame hija! —las lágrimas brotaron de los ojos de April, pero ella se las limpió con rabia—. Usted lastimó a mi mamá, la abandonó, nos abandonó y ahora vuelve creyendo que puede llamarme hija. ¡Usted no es mi papá! ¡Y tú no eres mi hermano! —le gritó a Scorpius, y luego echó a correr hacia las habitaciones. 

—Yo... uhm... creo que iré con ella —murmuró Victoire siguiéndola.

Hannah estaba sin habla. Jamás había visto a April tan enojada y dolida, y sintió que todo era su culpa. Debió hablar antes con April y decirle la verdad, no ocultarle las cosas, debió saber que tarde o temprano Draco volvería a sus vidas y ella tendría respuestas que dar. Se sintió una cobarde evadiendo el tema, y ahí estaban las consecuencias. 

—Pueden quedarse el tiempo que quieran —murmuró McGonagall visiblemente incómoda dirigiéndose a la salida—. Tú, Potter, a la cama —Albus, agradecido, se marchó—. Las cosas pasan por algo, Hannah. Es momento de hablar —le dedicó una pequeña sonrisa tranquilizadora y salió de la sala. 

—Dios mio, April me odia... —sollozó Hannah cubriéndose el rostro. 

—Tranquila, Han, no llores.

Sintió los fuertes brazos de Jake rodeándola y transmitiéndole la seguridad que necesitaba en ese momento.

—Es mi culpa... Mi hija no merece esto...

Hannah se vio interrumpida por un pequeño sollozo, apenas perceptible, que provenía del único niño aun presente en la sala.

Scorpius.

El pequeño lloraba casi en silencio, aún mirando sus manos sobre su regazo.

Hannah miró a Draco esperando que se acercara a consolar al pequeño rubio, pero él tenía la mirada perdida en el suelo, muy impactado por las fuertes palabras de April, así que fue ella quien se acercó a Scorpius y se sentó junto a él. No sabía qué decirle, porque no tenía idea de qué pensaba Scorpius de ella. Probablemente creía que Hannah era una especie de amante de Draco o algo peor.

—Yo... yo le enseñé la foto —comenzó a susurrar Scorpius—. Ella llegó a nuestra habitación y me pidió una foto de mi papá. Teníamos leves sospechas pero jamás pensamos que... que esto pasaría... ¡Es mi culpa que April se enojara con usted, señora Peverell...! Ella es mi amiga y ahora va a odiarme también...

Hannah sintió que su corazón se estrujaba al escuchar a Scorpius hablar con tanto dolor, y no dudó en abrazarlo y acariciarle el cabello susurrándole palabras de consuelo.

—No es tu culpa, mi amor. Nada es tu culpa, Scorpius.

Scorpius se sintió protegido, por lo que no sólo le correspondió el abrazo, sino que se lo devolvió con fuerza. Él de verdad se sentía culpable por lo ocurrido.

—Lo siento, señora Peverell.

—Yo también lo siento. Lamento que mi hija te gritara así porque no lo mereces, pequeño. Ella en sus cartas me ha dicho que te tiene mucho aprecio y que le gusta mucho ser tu amiga. Ya verás que eso no cambiará. Ahora no sólo la amistad los une, sino también un lazo de hermanos. Todo estará bien, bebé.

Hannah le limpió las lágrimas y le dedicó una pequeña sonrisa que él le devolvió.

—Eres un niño maravilloso, Scorpius. No te preocupes más y descansa, ¿si? —él asintió—. Iré a hablar con April —se puso de pie, pero sintió la mano de Scorpius sobre la suya—. ¿Qué ocurre?

One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora