39.2- Draco Malfoy

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—¿Quieres sentarte conmigo y mis amigos? —preguntó Draco apuntando el compartimento del que había salido.

Jamie echó una mirada hacia el interior y vio a dos niños gordos y con caras de aburrimiento comiendo golosinas. Frente a ellos había una niña de cabello negro mirándose las uñas, y al lado un chico delgado, con pecas y de cabello castaño.

—Son mis amigos —dijo Draco siguiendo la mirada de Jamie—. Crabbe y Goyle, Pansy y Theo. Ven, tenemos golosinas. Te platicaré todo lo que debes saber sobre Hogwarts antes de que lleguemos.

Jamie no estaba segura de llevarse bien con los niños dentro del compartimento. No pudo evitar ser un poco prejuiciosa, ellos no parecían muy amigables. Además, seguía preocupada por Harry. Se aseguraría de buscar a su hermano antes de volver con Draco.

—De hecho... estoy buscando a Harry. ¿No lo has visto?

Draco hizo una mueca de desprecio.

—¿Potter? ¿Sigues juntándote con ese estúpido?

—Harry no es ningún estúpido —dijo Jamie cruzándose de brazos—. No deberías insultarlo a él ni a nadie.

—¿Vas a entrar o no? —insistió Draco, y no disimuló su frustración cuando Jamie se negó—. ¿Por qué no?

—Tal vez más tarde. Ahora debo buscar a Harry.

—Podemos juntarnos en el castillo, si quieres. Puedo darte un recorrido.

Jamie sonrió un poco avergonzada por la insistencia de Draco, y asintió. Se alejó por el pasillo del tren mirando hacia todos los compartimentos. No encontró ni a su hermano ni a Ron, pero sí a Ginny, a sus dos hermanos gemelos y a otro chico moreno.

—¡Hola! —dijo Jamie entrando—. ¿Han visto a Harry?

—¿Y tú no eres su amiga? ¿Qué no deberías saberlo? —espetó Ginny con expresión mordaz.

Los tres chicos frente a ella la miraron sorprendidos, pero Jamie, que había notado el mal genio de la pelirroja en la estación, no le hizo caso y le habló a los gemelos:

—¿Tampoco han visto a Ron?

—No —respondió Fred frunciendo el ceño—. Ahora que lo mencionas, no los vimos subir al tren.

—Yo ni siquiera los vi en la plataforma —dijo Jamie—. Creo que no alcanzaron a subir.

—No te preocupes, de seguro alguien puede ir a dejarlos a Hogsmeade —George la invitó a sentarse con ellos y Jamie aceptó. Hablaron mucho sobre Hogwarts, sobre lo que les esperaba, también sobre las travesuras que planeaban los gemelos para ese año. 

—¿Alguien ha visto a Harry y Ron? —preguntó una chica de abundante cabello castaño abriendo la puerta del compartimento horas después, y Jamie la reconoció como Hermione—. No los encuentro por ningún lado.

—Creemos que no alcanzaron a subir —dijo Lee, el chico junto a los gemelos.

—Rayos.

La siguiente hora, antes de llegar a la plataforma, Hermione y Jamie se la pasaron especulando sobre qué podría haberle pasado a Harry y Ron. Cuando bajaron del tren con sus túnicas ya puestas, Jamie junto a otros niños de primer año se acercaron al altísimo hombre que los llamaba con un farol en la mano. 

Hagrid.

—¡Hagrid! ¡Hola, Hagrid!

El semi-gigante la miró con el seño fruncido por unos segundos, luego sonrió.

—¡Ah! Tú debes ser Jamie, ¿verdad? Mira qué grande estás. Eres igual a tu madre. La encantadora Lou, ¿cómo está?

—Muy bien —dijo Jamie con una gran sonrisa—. Te envió muchos saludos, Hagrid. Dice que espera verte pronto.

One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora