18.3- Draco Malfoy

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April y Albus eran los únicos que quedaban en la sala común. Era tarde, las últimas brasas del fuego estaban casi consumidas y ellos seguían allí en los sillones, sin hablar, asimilando la idea de que eran los primeros de sus familias en generaciones, en ser seleccionados a Slytherin.

—Siempre creí que James sería la oveja negra de la familia —dijo Albus rompiendo el silencio—, no yo. Ni siquiera entiendo qué hago en ésta casa. Quiero decir... Tú tienes motivos por tu padre según el sombrero... —April hizo una mueca—, pero yo... Yo debería estar en Gryffindor.

April miró a su alrededor. Había pasado apenas un día en el castillo, y en ese momento pensó que nunca se acostumbraría a esa sala común, con unas cuantas calaveras sobre la chimenea, cortinas verdes e incluso luz verde, que atravesaba los cristales que daban al fondo del lago. Toda su vida se había imaginado compartiendo en la sala común de Gryffindor, rodeada de muebles de terciopelo rojo, no verde, durmiendo en una torre, no en una mazmorra.

—No puedo creer que estoy aquí por culpa de un hombre que ni siquiera conozco... ¡no es justo, Al! —exclamó April ahogando un sollozo.

Albus la miró con compasión y no dijo nada por un rato. De pronto, recordó algo que había pasado por alto desde que llegaron a Hogwarts.

—April...

—¿Mm...?

—Te diré algo, pero... no vayas a volverte loca. 

—Dime. 

—No vayas a alterarte. 

—Está bien. 

—No vayas a...

—¡Por Merlín, Albus, sólo escúpelo!

—¿Ves que te alteras? Bien. ¿Recuerdas a ese hombre que se acercó a saludar a tu madre en la estación? Uno rubio...

April no era tonta, de inmediato entendió a qué se refería Albus.

—No... no, no —movió repetidas veces la cabeza—. Él no es mi padre.

—¡Piénsalo! La forma en que las miró a tu madre y a tí, estaba más que sorprendido. Mi papá y el tío Ron lo miraron enojados, y la tía Han fué muy fría con él. ¡Y es rubio, como tú! ¡Muy rubio!

April no contestó. La verdad era que en la estación, mientras su madre la hacía subir al tren, ella también había pensado que tal vez ese misterioso hombre era su padre o estaba relacionado con ella. Pero el hecho de haber sido seleccionada a Slytherin había entorpecido su mente.

.

Scorpius subió a la torre de astronomía y encontró a April sentada en el borde, con los pies colgando afirmada en el barandal.

—Hola, linda amiga nueva. 

—Hola, Scorp.

—¿Puedo sentarme?

—Claro.

—Al me dijo que estabas aquí —Scorpius tomó asiento junto a ella, se quitó la túnica y la pasó sobre los hombros de April, que sólo llevaba un delgado polerón.

—Gracias —susurró la rubia—, cuando subí no estaba tan helado. Eres un buen amigo, Scorp. 

El niño se sonrojó y sonrió. 

—Me alegra haberlos encontrado a tí y a Albus. Pensé que todos me rechazarían —miró sus manos sobre su regazo y se retorció los dedos con nerviosismo. 

—Ahora no sólo te miran raro a tí, sino a los tres. Somos una especie de trío marginado. 

Ambos rieron. 

One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora