48- George Weasley

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Para entender mejor este shot, les aconsejo leer antes la secuencia de OS-44.

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Valentine jadeó al ver a su hermano besando a esa Weasley. La impresión fue tanta, y tan repentina, que tuvo que taparse la boca con una mano para no soltar una exclamación.

—Mierda, Draco... —murmuró mientras echaba a correr por el pasillo, alejándose—. Mierda, mierda, mierda. ¿Por qué con ella? ¿Por qué...?

Draco llevaba meses actuando raro, desapareciendo a ratos y sonriendo como un imbécil sin razón aparente. Así que Valentine, preocupada y a la vez curiosa, decidió comenzar a seguirlo y espiarlo. Lo que acababa de descubrir, sin embargo, era peor de lo que habría imaginado: Draco estaba en una relación con Rachel, una Gryffindor pelirroja, perteneciente a la familia de traidores a la sangre más famosa del último siglo: los Weasley.

—Si mamá y papá se enteran... ¿Qué demonios voy a hacer?

Pasó los siguientes días siguiendo a Draco, asegurándose de que lo que había visto aquella vez era real. Su hermano tenía una relación que aunque ocultaba a todos los demás, parecía seria. Pero era un tonto. Lo arriesgaba todo, incluida la buena e intachable reputación de su familia.

—¿Y todo por una chica? —susurró Valentine intentando concentrarse en su tarea—. Es un estúpido.

—¿Quién es un estúpido? —preguntó George Weasley, uno de los hermanos mayores de Rachel, sentándose a su lado y haciéndola saltar—. Hola, ¿te asusté?

—Hola... —dijo ella sorprendida. Nunca antes había hablado con él, y no sabía si en ese momento tenía en frente a George o a Fred, pues eran gemelos.

—Soy George. Tú eres Valentine, ¿verdad? La hermana menor de Malfoy.

Valentine asintió con desinterés y volvió a enfocarse en su tarea. Estaba en una mesa de la biblioteca, sola, porque era la única de su grupo de amigos que tenía deberes atrasados por estar siguiendo a Draco.

—Quiero hablar contigo —continuó el pelirrojo.

—Ya lo estás haciendo, Weasley.

—¿Podemos hacerlo en otro lado? Un lugar más privado, tal vez.

—No —dijo Valentine—. Estoy ocupada. 

George suspiró, dándose cuenta de que hablar con ella sería muy complicado por el simple hecho de que Valentine era orgullosa y altiva, y prefería ignorarlo antes de darle siquiera una mirada.

—Bien, entonces hablemos aquí y que todo el mundo escuche sobre la relación que hay entre Rachel y tu herma...

Valentine le tapó la boca con la mano en una milésima de segundo y le dedicó una mirada de profundo pánico.

—¡¿Lo sabes?! —exclamó en un susurro ahogado.

—Claro que lo sé y de eso quiero hablarte —gruñó George.

Salieron de la biblioteca; Valentine caminó unos pasos más atrás para que no creyeran que ella iba a algún lado acompañada de un Weasley. George buscó un aula vacía, entraron y luego cerró la puerta.

—¿Cómo es que tú lo sabes? ¿Desde cuándo? ¿Se lo has dicho a alguien? ¿A quién? ¡Esto es gravísimo! Creí que yo era la única...

—Oye, cálmate, mini espía. Sí, sé que eres una espía. Una muy buena, de hecho. Yo ni siquiera me había dado cuenta de que también vigilabas los pasos de tu hermano hasta que te oí maldecir una noche, yo estaba escondido a tan sólo unos pasos del lugar donde estabas tú.

—Esto es horrible —suspiró Valentine—. ¿Y de qué quieres hablar, entonces?

—Bueno, no me gusta mucho la idea de mi hermanita enamorándose de un imbécil como tu hermano, y estoy seguro de que te sientes igual. Así que te propongo unir nuestras fuerzas por un bien común: hagamos que se separen.

Valentine no respondió de inmediato, caminó hacia la ventana y se perdió en sus pensamientos mientras los primeros copos de nieve de la temporada caían sobre los terrenos del castillo. Ella ya se había planteado la idea de tratar de separar a Draco y a Rachel, pero no podía hacerlo sola principalmente porque no se le ocurría cómo. Tampoco podía pedir ayuda a alguno de sus amigos porque no iba a arriesgarse a que cualquiera se enterara de aquel romance prohibido del que su hermano era parte. 

Pero George ya lo sabía, no era como si ella lo hubiese buscado para contarle el chisme. Al contrario, él la había buscado a ella.

—Acepto —dijo volteándose al fin, y George sonrió con malicia—. Pero tengo condiciones.

—Soy todo oídos, cariño.

—Primero —enumeró Valentine ignorando el "cariño"—, nadie se enterará de esto, además de nosotros.

—Entendido.

—Lo que significa que a los ojos de los demás, tú y yo no tenemos conexión alguna. Quiero decir que no nos hablaremos en público ni nada de eso, ni siquiera miradas. Si queremos comunicarnos, tendremos que idear una forma segura que no involucre a otros.

—Bien.

—Y cuando hayamos logrado nuestro propósito, jamás volveremos a hablarnos. Será como si esto nunca pasó.

—Perfecto —dijo George frotándose las manos—. Te veo mañana en la noche.






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¡SOR-PRE-SA!

Aquí empieza la historia de George y Valentine. George está en su séptimo año y Valentine en cuarto. Es el año en el que Umbridge está en Hogwarts.

Espero que les guste. 

¡Abrazos!

One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora