One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1

29.5- James Sirius Potter - FINAL

CAPÍTULO FINAL

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Georgie nunca había estado tan nerviosa en toda su vida.

Se encontraba sentada en las escaleras de la entrada principal de la mansión Malfoy, y de tan sólo pensar en lo que podrían decirle su padre y Remus a James esa noche, le daba dolor de estómago.

¿En qué momento se le había ocurrido que sería buena idea aceptar que su padre invitara a James a cenar?

—Georgie, ¿sigues en pijama? —se extrañó Hope al verla—. James no tardará en llegar.

—No sé si esto sea buena idea. Yo... creo que le mandaré una lechuza suspendiendo todo...

Se puso de pie y caminó hacia el interior, pero Hope la detuvo.

—Dime qué ocurre, hija. ¿Acaso se pelearon?

—No, claro que no. Es que... no quiero que James se aleje de mí por culpa de papá. Él puede ser muy pesado a veces y tú lo sabes. Y todo porque él y el tío Harry... bueno, no se llevaban muy bien en el colegio.

Hope rió y le acomodó el cabello con cariño.

—Es verdad que tu padre y tu tío Harry se llevaban como perros y gatos en Hogwarts, Georgie, pero las cosas cambiaron. Hace muchos años que ellos se hicieron amigos, y si tu padre a veces te molesta es simplemente porque le gusta hacerte enojar. No tiene nada que ver con James. Él lo acepta, y aunque no te lo haya dicho, está conforme de que te hayas enamorado de un chico bueno y respetable que conocemos.

Georgie suspiró más tranquila y miró su atuendo.

—Tienes razón. Será mejor que me de un baño.

—Anda, date prisa.

Entró a la mansión y rodó los ojos al ver a Scorpius ya listo para la cena, vestido muy formal y esperando recostado en uno de los sofás del salón mientras leía un libro.

—Sí sabes que no es la reina quien vendrá a cenar con nosotros, ¿verdad, Scorp?

—Al menos recibiré a los invitados como debe ser y no como tú, que pareces un espantapájaros.

—Buen punto —razonó Georgie.

Subió las escaleras y decidió pasar por la habitación de Remus para rogarle que no hiciera alguna travesura en la cena, como echarle picante al plato de James o alguna pastilla para hacerlo vomitar. 

Entró sin tocar la puerta y soltó un grito con la escena que se encontró: Remus estaba masturbándose.

—¡Maldición!

—¡Dios!

—¡Necesitas aprender a tocar la maldita puerta, Georgie!

—¡Y tú necesitas una novia! 

—¡¡Vete!!

—¡Bien! Sólo... pasaba a pedirte que por favor te comportes. Sabes que esta noche es importante para mí y...

—¡Me comportaré si te vas! —chilló Remus tapándose entero con las sábanas de su cama.

—¡Ugh, qué asco! ¡Pero qué asco!

Georgie corrió a su habitación intentando pensar en algo que no fuese la imagen de su hermano masturbándose.

—¡Asco! ¡¡Asco!! Necesito un baño.

Y mientras ella se daba un relajante baño, Hope miraba con los ojos entrecerrados a Draco prácticamente agonizando sobre la cama.

—La perdí... Mi pequeña bebé, ¡tiene novio! Oh, por Dios, ¿qué va a ser de mí?