39.5- Draco Malfoy

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Capítulo largo. 3 en 1, como disculpa por la actualización tardía. Recuerden votar si les gusta y comentar sus opiniones. ¡Las leeré!

Disfruten.

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Aquella clase era sin duda la más tediosa en lo que llevaban del año. 

Snape se paseaba de un lado a otro apoderándose de un aula que no era suya, y se mostraba aún más experto y cruel que cuando enseñaba pociones. Estaba allí reemplazando al profesor Lupin que supuestamente se encontraba enfermo, y Jamie esperaba que no volviese a repetirse. Ya tenía suficiente con soportar a Snape en pociones.

—Lástima que el profesor Lupin esté enfermo —murmuró Ginny mientras Snape preguntaba por tercera vez cuál era la diferencia entre un licántropo y un animago.

Chase tenía la mano levantada hacía cinco minutos, pero Snape lo ignoraba de manera magistral.

—¿Nadie sabe la respuesta? ¿Nadie? Uno esperaría que alumnos de segundo año tuviesen al menos una idea. Qué mal ha estado haciendo su labor el profesor Lupin. Tendré que hacérselo saber al director...

—Él no ha hecho nada malo —lo interrumpió Jamie, exasperada—. Muchos no sabemos la respuesta a lo que usted pregunta porque, por milésima vez, aún no llegamos al capítulo de los hombres lob...

—Cinco puntos menos para Gryffindor, por hablar sin permiso, Stark. Voy a preguntar una última vez, y si nadie sabe la respuesta, les quitaré cincuenta puntos a cada uno: ¿Cuál es la diferencia entre un licántropo y un animago?

—Por favor, profesor —exclamó Chase, con el brazo acalambrado de tanto tenerlo en alto—. Todos saben que un licántropo no tiene opción. Su condición lo obliga a transformarse en animal con cada luna llena, y al momento de hacerlo pierde total consciencia de quién es y de quienes están a su alrededor. Podría incluso matar a su mejor amigo. Mientras que un animago...

—Cinco puntos menos para Gryffindor, Wood, por ser un sabelotodo insufrible. ¿Acaso no te cansas?

—¿Cuál es el sentido de preguntar una y otra vez, si cuando un alumno le dice la respuesta lo castiga y trata mal? —gruñó Jamie desafiándolo con esos ojos almendrados iguales a los de James, y Snape pareció echar fuego por la nariz—. ¿Qué clase de profesor castiga a los alumnos que saben?

—Cincuenta puntos menos para Gryffindor, Stark. Fuera de mi sala de clases, ahora.

—Ya quisiera que esta fuese su sala de clases —espetó la azabache agarrando sus cosas, y saliendo del aula antes de que Snape pudiese quitarle otros mil puntos.

Ya en el pasillo, se tiró los pelos y le dio una patada a la muralla, que obviamente le dolió más a ella. Maldijo a los cuatro vientos y luego se calló, avergonzada. Louisse no había criado a una niña insolente y desordenada, sino a una educada y respetuosa. Pero Jamie tenía algo en su interior, una especie de lado salvaje que salía a la luz cada vez que se sentía atacada, y Snape era experto en eso.

Sin duda era su lado Potter el que la hacía ganar todos aquellos castigos.

Cuando la clase terminó, Chase y Ginny fueron los primeros en salir del aula y reunirse con Jamie. Ambos le contaron que tenían una tarea de dos pergaminos para la siguiente clase, aunque para Jamie eran cuatro. Era parte de su castigo.

—Al menos no me hizo quedarme horas extra como la semana pasada. Hoy tenemos un entrenamiento importantísimo.

Jamie y Chase, a pesar de estar apenas en segundo año, habían sido seleccionados para ser parte del equipo de quidditch de Gryffindor; ambos serían cazadores.

One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora