24.4- Draco Malfoy

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ATENCIÓN (spoiler): Este capítulo, al final, tiene contenido sexual explícito (netamente verbal, no incluye imágenes, gifs, videos u otro medio audiovisual). Si a alguien no le gusta ese tipo de contenido, sólo deje de leer y espere al siguiente capítulo. No se perderá nada importante con respecto a la historia.

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Capítulo 05

HELENA

Los jardines cubiertos de nieve de la mansión Malfoy se expanden frente a mí bajo el frío cielo estrellado del invierno. Siento mi cuerpo estremecerse por el helado clima y me abrazo a mí misma intentando proporcionarme un poco de calor, creo que será mejor entrar.

Me devuelvo al interior de la habitación y cierro la ventana del balcón en el preciso momento en que alguien toca mi puerta.

Abro y veo a Draco en el pasillo. Está peinado y arreglado para una ocasión muy formal con uno de sus mejores trajes negros.

—Ya es hora, nos esperan —anuncia con las manos en sus bolsillos. Asiento y voy por mis tacones, pero Draco entra y cierra la puerta.

Él y yo no hemos hablado desde que llegamos a la mansión hace ya dos días. Nuestra comunicación se ha basado en nada más que miradas furtivas a la hora de las comidas.

—Lena, yo... no sé qué es lo que el Señor Tenebroso quiere de tí y tu hermano, pero... pase lo que pase me tienes para lo que necesites.

Le sonrío levemente.

—Gracias, Draco —me observa mientras me calzo los tacones y acomodo mi vestido gris—. Estoy lista, vamos.

Pasamos a la habitación contigua a buscar a Theo. Mi mellizo está tan nervioso como yo, lo sé cuando tomo su mano y noto que está sudando. 

—Te quiero —susurro, y él asiente dedicándome una pequeña sonrisa.

Draco nos precede hasta el salón de la mansión, donde las luces se encuentran apagadas dándole un aspecto siniestro a las sombras que se proyectan en las paredes a causa de las llamas de la chimenea.

Narcisa Malfoy se encuentra sentada en un sillón, encogida, y de no ser por su cabello rubio característico, su presencia pasaría desapercibida. 

Quien no pasa desapercibida es su hermana Bellatrix, que se encuentra de pie frente a la chimenea, y sus ojos brillan con admiración y devoción pura mientras mantiene su mirada fija en él.

El Señor Tenebroso.

Es la primera vez que lo veo, que Lord Voldemort y yo estamos en el mismo lugar, y debo admitir que su sola presencia me hiela la sangre. 

¡No quiero estar aquí!

Lleva una capa negra, aparentemente húmeda, que expele un olor potente a serpiente mojada. Sus ojos, rojos y de pupilas alargadas, nos escanean a Theo y a mí con atención. Y en el lugar donde debería tener una nariz, sólo tiene dos orificios como tajos que se asemejan a los de una víbora.

—Acérquense —ordena Lord Voldemort con su voz fría y siseante.

Draco camina y se queda de pie junto al sillón donde está sentada la señora Malfoy; Theo y yo nos quedamos en el centro del salón, esperando.

—¿Saben por qué los llamé, chicos?

—No, mi señor —responde Theo.

—Porque creo que ya es hora de que se unan a mis filas, ¿no les parece?

One-Shots • Harry Potter saga || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora