Capítulo 6.

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Amelia despertó en mitad de la noche, sudando y temblando, con la respiración agitada e imágenes de un incendio gradabas en la mente

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Amelia despertó en mitad de la noche, sudando y temblando, con la respiración agitada e imágenes de un incendio gradabas en la mente. Las pesadillas de profecías incomprensibles habían quedado ensombrecidas por las de sus crudos recuerdos. Se aferró a las sábanas, conteniendo el llanto. Tenía que ser fuerte.

Intentó volver a dormirse, pero las imágenes de Bellatrix asesinando a la directora del orfanato y a Berta Simons, la idea de todos esos niños muertos... No dejaban de atormentarla.

Se sentó y se llevó la mano al colgante, que iluminado en rojo, reflejaba lo que le estaba costando contener su ira y su miedo. Cerró los ojos e intentó respirar, concentrarse y cerrar la mente.

Le costó un poco, pero al cabo de media hora, al menos no sentía que todo a su alrededor se desmoronaba. Sin embargo, esa sensación de oscuridad seguía allí. Siempre estaba allí.

Finalmente, a tientas y en mitad de la madrugada, bajó a la cocina. Quizás algo de tarta de la que había sobrado de la celebración la animaría. El chocolate siempre lograba ponerla de mejor humor.

Se sirvió una porción grande y se hizo hizo un té, con suerte la ayudarían a dormir.

—Al menos no soy el único que come en la madrugada.

La muchacha se sobresaltó, la habían pillado con las manos en la masa.

—No podía dormir —hizo una mueca—. ¿Tú tampoco?

—Nunca he podido dormir bien en esta casa —explicó Sirius y se acercó para servirse igualmente un trozo de tarta—. ¿Y tú? ¿Has vuelto a tener pesadillas?

Amelia apretó los labios, pero finalmente asintió.

—No quiero hablar de ello —bajó la vista.

Su padre alargó la mano hasta la suya.

—Está bien, no tienes que hacerlo. Pero sabes que, cuando estés lista, puedes contármelo.

—Lo sé —afirmó con una sonrisa llena de tristeza. Entonces se fijó en su padre, que con esa misma expresión de tristeza tomaba un trozo de tarta con el tenedor y se la llevaba a la boca—. He pensando... Quizás debería quedarme aquí —reconoció.

Su padre alzó la cabeza.

—¿Cómo?

—Es... Es más seguro, ¿no? Nadie sabe dónde está este sitio. Si Voldemort me busca, no podrá encontrarme.

Sirius la miró con confusión.

—Puede que no esté oculto, pero sabes que Hogwarts es el lugar más seguro que hay en cuanto a hablar de Voldemort se refiere.

—Lo sé, pero, Voldemort tiene aliados, ¿no? Y ya se han infiltrado en Hogwarts más de una vez.

Sirius se quedó en silencio durante unos segundos, entonces continuó:

El secreto de Amelia BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora