Amelia se negó a ir al callejón Diagon a buscar sus libros para el nuevo curso. Si era cierto que Harry estaba alojado en el Caldero Chorreante, prefería quedarse en su casa y que sus tíos compraran las cosas por ella.
Y sí, había logrado aceptar en cierta medida que su padre siguiera con vida, como un fugitivo que debía estar hurgando en algún contenedor de basura para encontrar comida, pero no estaba preparada para enfrentar a nadie. No quería ver los ojos curiosos, asustados o lastimeros de la gente clavados como agujas sobre su espalda fuera a donde fuera. Si antes de que Sirius Black fuera el tema en boca de todos ya la miraban como a la pobre huerfanita Black, o como a la extraña hija del deplorable y loco asesino, no se imaginaba cómo serían las cosas ahora. Y si eso no fuera poco, todos en Hogwarts debían saberlo ya. Ni siquiera el colegio sería un lugar seguro para aplacar los cotilleos.
Y luego estaba sus amigos, claro. Eso era lo que más le aterraba. No estaba segura de poder hacer frente a las miradas acusadoras de sus amigos cuando supieran de quién era hija. Una cosa era que tu familia fueran una panda de viejos racistas conservadores y extremistas respecto a la pureza de la sangre y otra muy diferente era que tu padre fuera el asesino de catorce personas (que se supiera) y mano derecha del mago tenebroso más despiadado de todos los tiempos. Ah, claro, por no añadir que Harry no era consiente de que sus padres habían sido amigos hasta que Sirius se había pasado de bando y los había traicionado a todos. Entones sí que la odiaría. Y en algún momento iba enterarse d que Black era su padrino, de eso estaba segura. De algún modo siempre se enteraba de las cosas.
Así que el resto de la semana se quedó en casa, jugando con Hawk en el jardín, terminado a toda prisa sus deberes de verano y procurando ocupar su mente en cosas que no fueran su padre. Aunque no podía evitarlo. En cuando más pensaba en ello, más se llenaba de odio y de rabia.
"Si no fuera por él mi madre estaría con vida. No es justo. Él está aún vivo después de todo lo que ha hecho. Y mi madre no. Es él el que debió haber muerto, no mi madre...", eran los pensamientos que surcaban su mente noche y día.
Pero de algo están segura. Si era cierto que Black planeaba entrar en Hogwarts, ella lo estaría esperando. Le haría pagar por todo lo que había hecho. Le haría pagar con su vida. Lo mataría y vengaría a su madre.
No dejaba de imaginárselo, ansiaba ver en sus ojos el miedo, el dolor y la confusión que había visto en los ojos de Cassandra Whitemore durante sus sueño, cuando la luz verde de la varita había iluminado su rostro antes de matarla.
—¡Amelia! —la llamó Tonks—. ¿Estás bien?
—Ah, sí —dijo volviendo a la realidad—. ¿Qué pasa?
—Te decía que, aunque insististe en que ya no quieres ningún regalo, te hemos comprado unos mapas lunares de esos que te gustan tanto y un lunascopio. No hemos podido conseguir esa bola de cristal que querías. No quedaban en la tienda, lo siento —hizo una mueca de disgusto.
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El secreto de Amelia Black
FanfictionAmelia Black ha vivido toda su vida sabiendo que era diferente. Nunca supo el porqué ni el cómo pero sabía que era distinta. Lo que nunca pudo imaginar fue lo que era. Una escuela de magia y hechicería, magos, varitas y escobas. Todo parece encaj...