Capítulo 20.

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Era la noche antes de que empezaran las vacaciones y Remus, Cassandra, Sirius y James estaban aún despiertos en la sala común

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Era la noche antes de que empezaran las vacaciones y Remus, Cassandra, Sirius y James estaban aún despiertos en la sala común. Se habían pasado horas hablando y Lily y Peter acababan de irse a la cama. Cassandra parecía preocupada, mientras Remus terminaba los deberes que les habían mandado para las vacaciones y James explicaba con pelos y señales su última gran jugada del partido de Quidditch contra Slytherin del sábado pasado. Sirius se reía observando los gestos exagerados de su amigo pero en cuanto vio la mirada ausente de su "amiga", preguntó:

—¿Estás bien, Cass?

La aludida alzó la mirada para verlo a los ojos.

—Eh... ¿Podemos hablar? —dijo algo seria—. Es importante.

—Eh... Claro.

Como pudieron, y entre las burlas de James, se escabulleron hasta un balcón algo apartado de donde estaban sus amigos. Cassandra se quedó en silencio, dandole vueltas a lo que iba a decirle a Sirius.

—¿Está todo bien? —dijo el joven empezando a ponerse nervioso—. Me estás asustando, ¿es que vas a dejarme? Porque sé que no lo hemos hablado y eso y que técnicamente no salimos ni nada pero pensaba que...

—No, no —aclaró la morena algo sonrojada—. No es sobre... Nosotros. Es solo que... Bueno, no es fácil de contar y creo que menos de digerir. Y no sé si después de saberlo vas a ser tú el que quiera alejarse de mi.

—Me estás asustando.

—Es que... Hay... Hay algo de mi que no te he contado —soltó de golpe—. Bueno, que no le he contado nadie más que a Remus. Solo lo saben él, mis padres y Dumbledore.

—¿De qué hablas?

Cassandra cerró los ojos y respiró profundamente antes de decir:

—De esto.

Entonces extendió sus manos y de ellas salió una especie de aura mágica y roja y cuando abrió los ojos estos estaban de color carmesí.

—¿Q-qué? —Sirius se echó atrás ante la impresión.

Cassandra volvió rápidamente a la normalidad y lo miró angustiada.

—¿Q-qué ha sido eso?

—Verás —dijo la joven en tono nervioso—, es difícil de explicar pero podría decirse que mi familia hizo cosas que no debía hace muchos siglos —dijo jugando con sus manos—. Obtuvieron una magia... Difícil de controlar. Oscura. Que pasa de generación en generación en mi familia. Unas veces se manifiesta y otras no. Por eso siempre llevo este colgante, me ayuda a controlarlo cuando se me va de las manos, cuando pierdo los nervios o estoy nerviosa o... Por Merlín, di algo. Me estás poniendo de los nervios mirándome como si fuera una lunática.

El secreto de Amelia BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora